La anécdota se presta por el abucheo que sufrió Cuitláhuac García Jiménez en Río Blanco… quizás algunos la recuerden porque ya la he platicado en otras ocasiones… ahí les va:
El sujeto es sorprendido con los pantalones hasta los tobillos mientras una mujer reposaba sobre el escritorio. La esposa simplemente se quedó en la puerta de la oficina y sólo atinó a gritar el nombre del desgraciado.
–No es lo que tú crees! No es lo que viste! Es más, no viste nada!– le decía el señor mientras iba detrás de ella, trastabillando al intentar subirse el pantalón y caminar a la vez…
Así es Cuitláhuac García: Niega su realidad, realidad que a muchos alcanza por la inercia propia del quinto año, cuando unos ya empiezan a aplicar la máxima de “Muerto el Rey… viva la Reina”…
Sí, es un fenómeno natural que el poder mengüe en un sexenio… Javier Duarte, en un mayo del 2016, en pleno festejo magisterial, fue abucheado… y faltaba poco para su salida… ¡imaginen a éste que casi tiene un año y ya le empiezan a demostrar su real tamaño! Aunque dicho sea de paso, mucho abonó para que le dieran ese trato en Río Blanco.
Podemos considerar algunos aspectos en torno a la respuesta que da Cuitláhuac García a los abucheos, sí, porque el señor se engancha tan fácil, que respondió…
Dice que porque es Honesto…
Dice que son propios de la “temporada electoral”
Dice que la Oposición “infiltró” a “Abucheadores” para ponerlo en mal con AMLO…
Es seguro que Cuitláhuac equivocó su vocación… jamás debió meterse a la política y debió probar suerte como “estandopero”, como comediante, porque las tres opciones que da, motivan a risa.
A su política de pantalones caídos hasta los tobillos, se le suma la ausencia de operadores.
Se entienden las manifestaciones… se entienden los abucheos… se entienden las pancartas en contra… pero todos éstos fuera del recinto, fuera del espacio, fuera de tu casa.
La intención, sea malintencionada o no, en el entendido de que pudo ser un acto espontáneo (de no serlo, es perverso), era exhibirlo ante el Presidente que quizás el mismo AMLO entienda esos abucheos: ya no tiene gas su pupilo, su mancebo, su escolapio… o quizás nunca lo tuvo, pero a partir de este día hasta que se vaya, es el momento propicio para hacerle poner los pies en el suelo y dejarle en claro que siendo el primer gobernador de Morena en Veracruz, está lejos de ser recordado como “el más honesto”… a mi juicio, al de muchos veracruzanos y aunque digan que no, también al de muchos morenos, Cuitláhuac está para ser recordado como el más inepto de los gobernadores que la entidad haya tenido… y que conste, fuimos generosos con el adjetivo con este sujeto que lleva cinco años de Gobierno con los pantalones abajo.