El registro de la candidatura de Pepe Yunes ante el OPLE fue multitudinario, muy entusiasta, y revestido con la asistencia de la elite cupular del CEN priista encabezado por Alejandro Moreno; por supuesto, también de las dirigencias del PAN, del PRD y destacados ex servidores públicos que han sido protagonistas de la evolución política de Veracruz en los últimos años. Es subrayable señalar que esa presencia no fue solo de acompañamiento sino un movimiento estratégico para anunciar que la campaña electoral de la Coalición Fuerza y Corazón por Veracruz se refuerza con la operatividad de algunos exgobernadores en las diferentes regiones de nuestra entidad, esa es una señal positiva porque se conjugarán maduras experiencias en la lógica de robustecer el aparato de campaña de Pepe Yunes. Beatriz Paredes operará como delegada general del CEN; el exalcalde de Tepic, Manuel Cota estará a cargo de la estructura electoral y Rubén Morerira, exgobernador de Coahuila y actual coordinador de la bancada priista federal, coordinará lo relativo a los 19 distritos electorales federales; para implementar esos efectos, estructuran la geografía política veracruzana en cinco zonas, cada una con su respectivo coordinador. Es una muy suigéneris organización de campaña electoral, inédita en nuestra entidad, pero se acomoda a los tiempos y las circunstancias actuales, sin duda vigoriza la candidatura de Pepe, de suyo elevadamente competitiva. Es campaña de tres partidos en una Coalición cuyo propósito común es ganar con José Yunes Zorrilla el gobierno veracruzano; obviamente, el PAN y el PRD habrán diseñado sus respectivas estrategias para completar la sinergia tripartita.Veracruz representa la cuarta fuerza electoral en el país, solo después del estado de México, la CDMX y de Jalisco, las tres primeras gobernadas actualmente por Morena, Movimiento Ciudadano en Jalisco. A nadie escapa, por supuesto tampoco a las dirigencias partidistas nacionales de esta Coalición, que la candidatura de Pepe Yunes ha potenciado la probable derrota de Morena en esta entidad, esa percepción se alimenta de dos sobresalientes circunstancias: una muy deficiente gobernanza, y una candidatura oficialista muy vulnerable. Lo saben las dirigencias partidistas que respaldan a Yunes Zorrilla, pero también que por sí solo no podría enfrentar con éxito el engranaje montado por la Coalición oficialista cuya base operativa se sustenta en los programas asistencialistas: los “Servidores de la Nación” y quienes operan el programa de pensión para adultos mayores, que ya andan en plena operación dejando más huellas que un mapache. Lo del registro fue un buen golpe mediático, también la estrategia anunciada, ahora viene lo más complicado: hacer que cada uno asuma el lugar que le corresponde en el tablero para evitar cometer el recurrente error de que en el campo de los hechos haya más generales que tropa.