jueves, noviembre 21, 2024

Huerta: otro «descontón»

Hace seis años, en 2018, Manuel Huerta, al igual que ahora, había sido propuesto como candidato para la segunda fórmula de Morena al Senado, pero de última hora fue sustituido por el empresario Ricardo Ahued Bardahuil, ex diputado y ex alcalde priista de Xalapa muy bien calificado por el electorado de la capital veracruzana.

En esa ocasión, Rocío Nahle, quien era diputada federal, fue ubicada en la primera fórmula.

Por el llamado “efecto López Obrador”, Nahle hubiera llegado también al Senado con Huerta Ladrón de Guevara de compañero. Pero la entonces coordinadora del grupo legislativo de Morena en la Cámara baja del Congreso de la Unión no se quiso arriesgar y prefirió como candidato a Ahued. El 2 de julio triunfaron con más de un millón 800 mil votos, mientras que –en números cerrados– Cuitláhuac García ganó la gubernatura con un millón 600 mil sufragios y AMLO la Presidencia de la República con el apoyo de dos millones de electores veracruzanos.

Huerta Ladrón de Guevara, a la sazón dirigente estatal de Morena, no pudo tragarse tremendo sapo sin hacer gestos y públicamente descalificó al empresario, tachándolo de ser un “político de plástico”, en alusión a la popular cadena de tiendas de enseres domésticos que posee el ex priista en Xalapa y municipios circunvecinos.

Ahora, quizá por aquella amarga experiencia, la reacción de Huerta ha sido más mesurada porque, a final de cuentas, aún tiene posibilidades de llegar al Senado, aunque para ello deberá aplicarse a fondo para sumar la mayor cantidad de votos. Y es que, como candidato de primera fórmula, aún perdiendo la elección tenía asegurado el escaño de primera minoría.

Este domingo, un día después de la sorpresiva y desagradable noticia, el ex delegado de la Secretaría del Bienestar se fue a Coatzacoalcos, el principal bastión de Rocío Nahle. Ahí, en conferencia de prensa, tras anunciar que duplicará su trabajo y su lucha por obtener el apoyo de los ciudadanos para que Morena gane las elecciones, Huerta reiteró que va a demostrar de qué está hecho.

“Nosotros no vamos por el puesto, ni por las posiciones, vamos por darle resultados a la gente, vamos a demostrar de qué estamos hechos y estamos hechos del pueblo”, expuso el candidato al Senado.

Huerta rechazó que existan jaloneos o disputas al interior del Movimiento de Regeneración Nacional. Por el contrario, afirmó que están luchando juntos por obtener el triunfo en las urnas el próximo 2 de junio.

“Quisieran que nos estuviéramos peleando, pero Morena tiene un legado que nos permite salir adelante. Nadie aquí viene por cargos, viene por la transformación, misma que sea en beneficio del pueblo, por eso vamos a llegar a las diputaciones federales, al Senado, porque el pueblo nos apoya”, afirmó.

Acusó también a la oposición de la supuesta estrategia de hacer creer a los ciudadanos que existe un pleito al interior de Morena, pero ello no es verdad, reiteró. “Nos quieren meter ruido, pero nosotros nos ponemos de acuerdo y resolvemos nuestras contradicciones. Ahorita Claudia Tello anda en el norte haciendo campaña y yo en el sur, todos andamos en un solo proyecto”, remarcó.

Si deveras sus aspiraciones políticas se extienden hacia la sucesión estatal de 2030, entonces ganar la senaduría será vital para Huerta, quien, a pesar de ganar la encuesta interna de Morena para elegir al candidato o candidata a la gubernatura, por razones de equidad de género tuvo que dejar pasar a Rocío Nahle. En la siguiente sucesión gubernamental seguramente el ex delegado de la Secretaría del Bienestar se volverá a formar, aunque volvería a chocar con Nahle en caso de que la ex secretaria de Energía perdiera la elección de junio próximo. A este hipotético escenario se atribuye también el manotazo de Nahle contra Manuel, obligándolo a ganar directamente la senaduría y remolcándola a ella a la gubernatura.

Y es que, de los cuadros de Morena en Veracruz, ningún otro tiene las relaciones políticas de Nahle y Huerta en la cúpula del gobierno y partido obradorista. Acaso otro más sería el actual alcalde xalapeño Ricardo Ahued, también ex aspirante a la gubernatura, quien se ha sumado al proyecto de su ex compañera en el Senado.

Pero la ex titular de la Sener es la más cercana al presidente López Obrador y a Claudia Sheinbaum, quien podría ser la sucesora del tabasqueño. Sin embargo, en 2030 AMLO, con quien Huerta también tiene vínculos desde que ambos coincidieron como dirigentes del PRD y Morena, ya no estará en Palacio Nacional. Y Sheinbaum, si es que finalmente gana estas elecciones, para la siguiente sucesión presidencial también ya irá de salida. 

Quizá muchos no lo recuerden, pero el año antepasado, en diciembre de 2022, Manuel Huerta promovió a su ex compañero de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana, Ernesto Isunza Vera, para integrar el Comité Técnico de Evaluación que elegiría a los cuatro nuevos consejeros electorales del INE, el cual fue propuesto oficialmente por conducto de la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, a pesar de que su candidatura fue desconocida y desaprobada por los seis miembros del Consejo Consultivo de la CNDH.  

Dos semanas antes, Huerta había acudido a Palacio Nacional para reunirse con Carlos Gastón Torres Rosas, Coordinador General de Programas para el Desarrollo y a quien antes, como secretario técnico del gabinete, le atribuían el suministro de “los otros datos” al presidente López Obrador y ser uno de los causantes de la abrupta renuncia en 2019 del primer secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien falleció hace un par de semanas, el 19 de febrero pasado.

Torres Rosas es un joven funcionario, amigo íntimo de Andrés López Beltrán, “Andy”, el más político e influyente hijo del presidente López Obrador –a quien el periodista Carlos Loret ha identificado como el jefe del llamado “Clan”, que según grabaciones telefónicas exhibidas por el conductor de Latinus, ha beneficiado a sus amigos y familiares con decenas de contratos por miles de millones de pesos de diversas dependencias de los gobiernos federal y estatales de Morena–, y al que desde ahora se menciona como el futuro delfín del obradorismo para la Presidencia en 2030.

UN CRIMEN QUE

SALPICA AL PRIISMO

La tarde de este lunes fue acribillado en la ciudad de Cardel, Policarpio Ramírez Coria, ex candidato a la alcaldía de Paso de Ovejas y primo del dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Adolfo Ramírez Arana.

Policarpio, quien era hermano del ex alcalde de Paso de Ovejas, Abel Ramírez Coria, se encontraba en un restaurante de mariscos a la entrada de la cabecera municipal de La Antigua, cuando fue atacado a balazos.

Hace 13 años, en octubre de 2011, ocho integrantes de su familia –desde el abuelo hasta una bebé de unos meses de nacida– fueron sacados a media tarde por un grupo de sicarios de sus domicilios y llevados hasta las cercanías del panteón municipal, sobre la carretera federal libre Xalapa-Veracruz, donde fueron masacrados sin piedad. Sobre los cadáveres dejaron narco mensajes en los que se les señalaba de ayudar a un grupo contrario de la delincuencia organizada.

El gobierno estatal, encabezado entonces por el ex priista Javier Duarte de Ochoa, ligó la masacre con ajustes de cuentas y venganza de una célula criminal en contra de la familia Ramírez Coria, a la que se le ligaba con otro grupo delictivo de la región.

Por supuesto que a este crimen se le va a dar connotaciones políticas dado el proceso electoral en marcha y los vínculos familiares de la víctima con el actual presidente del CDE del PRI, Adolfo Ramírez Arana, quien casualmente presidía el Ayuntamiento de Paso de Ovejas cuando sus ocho parientes fueron ejecutados.

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