sábado, noviembre 2, 2024

El cochinero de las aduanas y el huachicol fiscal

En las mesas de trabajo del equipo de transición de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se está haciendo un recuento de cuáles son los temas que pueden calificarse como «focos rojos» de cara al inicio del próximo gobierno, con especial énfasis en el tema de seguridad. Y uno de los temas que más ha brincado para el próximo gobierno es la fuerte corrupción que impera en las aduanas y las mafias internas, vinculadas a los exdirectores de la ahora llamada Agencia Nacional de Aduanas de México, que han hecho del huachicol fiscal una práctica que persiste y representa una fuga multimillonaria de impuestos para el Gobierno federal.

Y si bien en la que será su estrategia de seguridad, la doctora ha perfilado la intención de continuar con la política de atacar las causas que generan violencia, también se plantea «limpiar» varias áreas en las que funcionarios y exfuncionarios de la 4T se volvieron parte del problema de la corrupción en las aduanas, vinculándose incluso a personajes del crimen organizado, como lo fue Sergio Carmona, el empresario tamaulipeco asesinado en 2021 en San Pedro Garza y cuyos vínculos y aportaciones financieras a las campañas de Morena, con dinero proveniente del huachicol de gasolinas por la aduana de Reynosa, está siendo investigada por agencias del gobierno de los Estados Unidos.

El diagnóstico sobre el cochinero de las aduanas mexicanas y el huachicol fiscal que se tiene en el equipo de transición, de donde saldrán varios de los integrantes del gabinete que anunciará el próximo martes la mandataria entrante, se basa en un expediente detallado y documentado que le proporcionó al futuro gobierno el exdirector de Aduanas, Rafael Mollinedo, quien tras haber sido nombrado por el Presidente en diciembre de 2022, renunció intempestivamente seis meses después, tras haber descubierto las redes de corrupción y las mafias internas de funcionarios que, vinculados al crimen organizado, controlaban la evasión del pago de impuestos al permitir las importaciones ilegales y de contrabando de gasolina y diésel procedentes de los Estados Unidos.

El tabasqueño Mollinedo, que recibió amenazas de muerte por parte de esa mafias, entregó a Sheinbaum y su equipo un informe detallado de las formas en las que se opera el huachicol gasolinero y el huachicol fiscal en varias aduanas de la frontera norte, no sólo en las de Tamaulipas, como Reynosa y Matamoros, sino también en Piedras Negras, Sonoyta, Tijuana, Nogales y Mexicali, en donde se menciona a funcionarios y a personajes y agentes aduaneros vinculados con las administraciones de los extitulares de las Aduanas Federales, Horacio Duarte, actual secretario de Gobierno del Estado de México y, Ricardo Peralta, que fue el primer director del sistema aduanero en el gobierno de López Obrador.

Parte de la información que contiene el expediente que ya conoce el equipo de transición, es lo que le informó en su momento, en junio de 2023, Rafael Mollinedo, cuando le pidió encarecidamente al Presidente que lo relevara de la Agencia Nacional de Aduanas, porque temía por su vida ante lo que había encontrado e intentado desmantelar sobre las «mafias aduaneras» en las que lo mismo intervenían funcionarios del más alto nivel, que directores de nivel medio y empresarios vinculados al crimen organizado. En aquel momento Mollinedo acusó ante López Obrador la injerencia e influencia que seguían ejerciendo en las aduanas los exdirectores Duarte y Peralta, a través de funcionarios nombrados en sus gestiones y de personajes que intervenían en la defraudación millonaria de impuestos al SAT.

Esa fue la razón por la que, en aquel entonces, López Obrador sacó de inmediato a su paisano y amigo tabasqueño del sistema aduanero para mandarlo como representante de México ante la Organización Mundial del Comercio, con sede en Suiza. Y ahora, con sus contactos y relaciones con la Presidenta electa, Mollinedo ha soltado el expediente que detalla los modus operandi de la corrupción aduanera y en donde se mencionan los vínculos que tuvieron los exdirectores que le antecedieron con el «Rey del Huachicol», Sergio Carmona y con sus millonarios sobornos y financiamientos a candidatos de Morena en Tamaulipas y en varios estados más.

Y entre las recomendaciones que se hacen en ese expediente que ya tiene en su poder la Presidenta electa, está el que se deben «limpiar» y «depurar» todas las áreas de la Agencia Nacional de Aduanas, para desterrar a las «mafias internas» y romper el control que tienen algunos de los personajes mencionados que dirigieron las aduanas que, aún desde afuera y ya ocupando otros cargos, siguen ejerciendo influencia sobre los negocios y la defraudación fiscal que ocurre en ese sector. Se sugiere en dicho informe que quienes formen parte de los principales mandos de seguridad y de las aduanas deben ser personas honestas y transparentes, completamente incorruptibles, para que no se repita el caso de lo ocurrido en aduanas, durante las administraciones de Duarte y Peralta, periodos en el que muchos de quienes fueron incorporados difícilmente aprobarían exámenes de control de confianza e incluso un antidoping.

Ni siquiera la participación del Ejército, ordenada por el Presidente, logró desmantelar a las mafias de la corrupción aduanera, por lo que ese será, sin duda, uno de los «focos rojos» que heredará Claudia Sheinbaum y que tendrá que atender si no quiere que, justo cuando el presupuesto federal se le entregará muy comprometido y recortado, por el déficit de casi 6% que le dejará el gobierno saliente, la fuga y evasión de impuestos que ocurre en las aduanas y que según cálculos oficiales podría alcanzar cifras estratosféricas, pues tan sólo en 2021 el SAT dejó de percibir 58 mil millones de pesos, por concepto de las importaciones ilegales y de contrabando de combustibles, conocidas como el huachicol.

Porque en el sexenio que termina, el de López Obrador, el huachicol fiscal y el de gasolinas crecieron de manera burda y alarmante, pues pasaron de 45 millones de barriles de combustibles que se importaron de contrabando en 2018, a 73 millones de barriles ilegales en 2019, bajaron a 50 millones en 2020 y se dispararon en 2021 a más de 100 millones de barriles de gasolinas que entraron ilegalmente al país y se vendieron en el mercado negro, para llegar en 2023 a 67 millones de barriles con combustibles de contrabando que, todo de acuerdo a la información del SAT, llegaron a cubrir el año pasado hasta 14% de la demanda nacional de gasolinas y diésel.

¿Será que la doctora hará algo para limpiar el cochinero de las aduanas y para detener de una vez por todas el robo millonario a la Nación que se comete desde las aduanas federales, o dejará que ese tema continúe impune y sin que haya responsables, hasta que no venga una denuncia formal desde el Gobierno de los Estados Unidos, que ya tiene documentadas las cifras exactas de la gasolina y el diésel que ellos mandan a México de manera oficial, pero de la cuál sólo entra una parte legalmente al país y el resto es contrabandeado por las mafias criminales y aduaneras? Los dados mandaron Doble Serpiente. Caída al precipicio.

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