Cafeteando
JC Krausse
–Buenos días tenga su merced. Lo veo ocupado, mi Sr presidente–, pregunta el asistente Choco de Nacajuca.
–Reviso mi lista de invitados a la toma de posesión de Claudia Vitola, el próximo 1 de octubre. Va a ser una fiesta nacional: pelea de gallos, corrida de toros, feria, carrera de caballos, muestra gastronómica (tamales de chipilín y estofado de peje lagarto), artistas (Los Hijos de Chico Che), canciones vernáculas, agua de Jamaica, pozol de cacao, dulce de mico… en fin, un pachangón mi estimado Choco. Estás invitado, claro, me reservo el derecho de admisión. La oposición nel, nel, pastel–, esboza un requeté contento Andrés Manuel López de Calles.
–¡Ah jijo! oiga y en sus cartas de invitación ¿está Nicolás Maduro; Ortega, de Nicaragua; el Canelo, de Cuba; y Vladimir Putin, de Rusia? –, interroga el asesor Choco.
–Mira, mira, mira, claro son mis cuadernos, mis cuatachos, ni modo que invite a Corina de Venezuela. Me cae gorda. Sacó sus actas y desnudó el fraude electoral de Nico. Este mostró su acta de nacimiento, pero no era la original y ya los gringos reconocieron el triunfo del viejito Edmundo González. Y ni modo que no venga Vladimir, qué tal si acuerdo con Biden y lo entrego y me salvo el pellejo, como lo hizo el hijo del Chapo con Mayito. Esto es política, mi Choco, aprende, aprende, aprende–, dicta el camarada Manueloski de Tabascoski.
–Eso es todo mi sensei. Usted es el mejor del mundo mundial. Y, mientras, se terminan los juegos Olímpicos en París, esperando que la delegación Azteca traiga una medalla de oro–, un Choco se mete a la taberna «La Macorina» a tirarse unas chelas bien frías con sus cuadernos, Globo Maléfico, la Mujer de goma, Martineeee de Versalle, Xalapeñín, Coco Tolokín y Catarrín Valencia. Caña pide el Ingenio, exclaman los parroquianos. ¡Salute con mezcal!
Caminando por la izquierda: Domingo 11 de agosto, todos al INE, no a la sobrerrepresentación.