De entre las virtudes más destacadas en la operatividad política se encuentran—con lupa– la lealtad y la gratitud, ambas son prendas de rara permanencia en la naturaleza humana y cuando se encuentran en la acción política son verdaderas pepitas de oro. A ese arcón de raros tesoros acudió el diputado Héctor Yunes Landa para recordarle a varios expriistas, ahora “fieles” militantes en los partidos da la alianza gobiernista, las canonjías recibidas del “Tío Fide” y exhortarlos a responder a las alusiones que se hacían en contra del exgobernador, a quien en sus dorados tiempos quemaban incienso. Obviamente, la convocatoria del diputado Yunes Lande no encontró eco, entre otras razones porque en verdad la gestión pública de Fidel es indefendible y porque los aludidos ahora ya huelen a leña de otro hogar. Así es la política, así es la condición humana, siempre más atenta para adorar a quien detenta el poder y a menospreciar al árbol caído. Otra hubiera sido la reacción si Fidel aun generara las expectativas de sus mejores tiempos, como sucedió en 2007 en la elección intermedia por la que se eligieron 212 alcaldías y el recambio del Congreso local- En aquél entonces, cuando el dirigente estatal del PRD escribió al gobernador para reclamarle: “Es evidente que al mostrar un interés partidista por parte del Ejecutivo Estatal en lo que será la nueva composición política del Congreso local y de los ayuntamientos, se ha personalizado por el gobernador la contienda electoral y se ha convertido en consecuencia en la principal actividad de todo el aparato gubernamental. Todos los recursos humanos, materiales y financieros de que dispone el gobierno de Veracruz están de lleno dedicados a proveer las condiciones que garanticen el llamado carro completo para los candidatos del PRI. En la víspera electoral no hay un solo municipio del estado donde no se hayan localizado operativos de compra de votos, distribución de materiales de construcción, despensas, herramientas y utensilios, así como brotes de violencia física, en todos ellos se encuentran involucrados funcionarios de todos los niveles del gobierno del estado”. No esperó mucho tiempo por la respuesta, que provino del secretario de gobierno: “Sus falsas afirmaciones, irrespetuosas e insolentes de que todos los recursos humanos, materiales y financieros de que dispone el Gobierno de Veracruz…constituyen una mentira que cae en el ámbito de la calumnia y la difamación de las que tendrá usted que responder en el momento oportuno… Por todo lo anterior y siendo tan graves los señalamientos que usted hace, respondo a su emplazamiento, conminándolo para que presente las pruebas en que apoya sus falsas imputaciones, o de lo contrario para que se retracte públicamente de los infundios que ha propalado en agravio del gobernador Fidel Herrera Beltrán y de las instituciones públicas del Gobierno del Estado de Veracruz”.
Pero eran solo fuegos fatuos, porque de cualquier manera el gobernador Herrera Beltrán recuperaba para su partido el Congreso local, que desde 2004 se componía de mayoría panista, y gran número de alcaldías (incluida la de Veracruz que desde 1994 estuvo gobernado por el PAN). La Alianza Fidelidad por Veracruz adelantaba el triunfo priísta en 28 distritos y en, por lo menos, 140 municipios. Por cierto, en el resultado electoral destacaba la votación más alta para diputados en el Distrito XIX con cabecera en La Antigua, obtenida por el candidato a diputado Héctor Yunes Landa, con 67, 364 votos. La segunda más alta votación se dio en el distrito XVI de Córdoba, allí el PRI obtuvo 57 mil 254 votos, una diferencia de 10 mil 110 sufragios respecto del XIX. En tercer sitio quedó el distrito XV de Orizaba con 54 mil 998 votos- Allí Fidel se vistió de gloria electoral demostrando que era un gran operador político y estratega electoral de altos vuelos. Lamentablemente no es posible atribuirle esos méritos en su carácter de gobernador porque las cuentas que rindió al pueblo veracruzano se asemejaron a lo que ahora conocemos como “los otros datos”. Pero eso es otra historia.