Con la instalación del Consejo General del Órgano Público Local Electoral de Veracruz (OPLE) se da inicio a los preparativos de la elección municipal de junio próximo cuando los veracruzanos tendremos oportunidad de elegir 212 alcaldías, 212 sindicaturas y 630 regidurías, un total de mil 54 cargos de elección popular. Con estos comicios volvemos al formato vigente durante muchos años del siglo pasado al corresponder al gobernador entrante con apenas unos meses en el cargo la selección de candidaturas edilicias de su partido, en este caso será de MORENA, como antes fue en la era priista. Para este proceso no será aplicable la iniciativa que suspende reelección inmediata de senadores, diputados y alcaldes recientemente anunciada por la presidenta Sheinbaum, pero es regla no escrita en política que el gobernador o la gobernadora en turno interpretará fielmente el pensamiento presidencial y se avocará a impedir candidaturas con tufo reeleccionista o nepotista al menos en su partido, es decir, no permitirá la reelección de alcaldes actualmente en funciones ni permitirá procedimientos que auspicien casos de nepotismo en las candidaturas de su partido. Por cierto, para justificar su iniciativa la presidenta asume como antidemocrática la reelección, sin embargo es dudoso el argumento porque es contrario con lo dispuesto en la constitución mexicana acerca del derecho de todo mexicano a votar y ser electo, no se olvide que inicialmente la Constitución de 1917 permitía la reelección inmediata de diputados pero, por reforma constitucional del 28 de abril de 1933, fue prohibida para un periodo inmediato. Fue en 2014 cuando se introdujo con la reforma al artículo 59 constitucional la reelección inmediata de diputados y de senadores, esa reforma se puso en práctica en la elección federal de 2021 con la reelección de diputados, y la de senadores se puso en practica en la de junio pasado. La reforma anunciada por Claudia Sheinbaum para desaparecer la reelección inmediata se pondría en práctica en la elección presidencial de 2030.
Tras esa breve disquisición volvemos al tema de la elección municipal veracruzana del próximo año en un escenario donde es pleno el dominio electoral de MORENA y sus partidos adláteres pues gobiernan en la mayor parte de los municipios veracruzanos. En contraste, observamos una oposición desvalijada, carente ya del vigoroso empuje de años anteriores: en el PRI sobreviven a la espera de la implosión final que lo desaparezca del diagrama partidista nacional, en el PAN aun permanecen bajo la férula de una dirigencia nacional cuya endeble convocatoria es fruto de las sucesivas derrotas electorales que ha padecido, y en Veracruz el famoso “cinturón azul” (cuando dominaba en Veracruz-Boca del Rio, Córdoba y Orizaba) ya es solo parte de la anécdota de los mejores años. Con la perdida del enclave Veracruz- Boca del Rio se derrumba y colapsa uno de sus centros de poder regional en Veracruz; no se advierten señales ni condiciones objetivas que permitan suponer una pronta reconfiguración que los habilite para competir con solvencia. Y por el lado de Movimiento Ciudadano no se advierte capacidad de convocatoria suficiente que permitan ubicarlo como opción ciudadana. En suma, las circunstancias de cada uno de estos partidos opositores no parecen propicias para una posible alianza, que al menos con el PRI está descartada. La progresiva evolución del proceso electoral lo irá comprobando. Desalentador, mi querido Watson.