Electoralmente México ya no ha sido el mismo a partir de 1988. En realidad, la década finisecular marca en este país un tránsito acelerado de nuestra evolución política. Enfocada en detenido análisis pudiéramos deducir cierta asociación entre las reformas electorales acordadas entre el gobierno y sus opositores y un paulatino decrecimiento de las victorias priistas. En la elección federal de 1964 se puso en práctica el acceso de legisladores calificados como diputados de partido y nueve años después, en 1973 el gobierno de Echeverría formuló una reforma constitucional para reducir la edad para alcanzar la ciudadanía y para ser candidato a diputados federales; la intensa promoción de esa idea por parte del Moya Palencia, secretario de gobernación, provocó entusiasmo ciudadano. En ese año hubo elección municipal en Veracruz, entonces sucedió algo en esos tiempos impensable porque el PRI perdió en Coatzacoalcos, Acayucan, Papantla, Poza Rica y Pánuco, con la fuerte sospecha de también haber sucumbido en Jaltipan, Misantla y Córdoba, en este último municipio se rescató la presidencia municipal para el PRI y en los otros dos se nombró Consejo Municipal colocando a gente afín al PRI. El CEN priista lo encabezaba Reyes Heroles y en Veracruz al CDE lo presidía Manuel Ramos Gurrión durante el gobierno de Rafael Murillo Vidal (1968-1974). En la siguiente elección municipal, de 1976, el PRI casi alcanzó el carro completo, aunque no pudo recuperar Coatzacoalcos pues allí volvió a perder. A continuación, vino la Reforma Política de 1977. con López Portillo presidente y Reyes Heroles secretario de gobernación, introduciendo los principios de mayoría relativa y de representación proporcional, cuya primera aplicación fue en la elección intermedia de 1979 cuando llegaron al Congreso federal los primeros diputados por la vía de la representación proporcional, y en la elección municipal de Veracruz de ese año comenzó la era de los ediles de representación proporcional. En esa elección veracruzana de 1979 el PRI perdió en municipios pequeños y recuperó Coatzacoalcos.
Sin duda la elección federal de 1988 es un parteaguas político-electoral por razones ya muy conocidas, en la elección veracruzana de ese año (gobernaba Gutiérrez Barrios y su secretario de gobierno era Dante Delgado, para reducir la inconformidad de la oposición se llegó al extremo de en la fase poselectoral crear sindicaturas y regidurías como hueso burocrático para acallar las protestas; hubo casos en los cuales llegó a una sindicatura quien ni campaña había hecho y se bajó del cargo a quien sí fue electo, para Ripley. Más adelante, en las elecciones municipales de 1994 y 1997 comenzaron las malas señales para el PRI. En las elecciones municipales del 13 de noviembre de 1994 participaron nueve partidos, el PRI presentó 207 planillas (era el numero de municipios), el PAN 116, el PRD 172, el PPS 77, el PFCRN 87, el PARM 120, el PDM 31, el PT 52 y el PVEM 50. El PRD figuraba como la segunda fuerza política en la entidad, la tercera el PAN. Los resultados: el PRI ganó en 155 municipios, la oposición en 52 fue un saldo de derrotas priistas inédito; el PRD triunfó en 23 municipios; el PAN en 19; el PFCRN en 4; el PPS en 3; el PT en 2 y el PDM en 1. Pero el PAN, con el 16% de los votos sorprendió ganando el municipio de Veracruz, era la joya de la corona, además, se adjudicó Córdoba, Orizaba, Perote, entre otros ayuntamientos, así inició el llamado cinturón azul. El PRD obtuvo Martínez de la Torre, y su bastión del sur, el eje Acayucan, Jaltipan y Cosoleacaque, entre otros. Fue una década de malos presagios para el grupo de poder porque en el año 2000 se configuró el Fin de una Era.