Dr. Rafael Vela Martínez.
La cancelación de la Encuesta Intercensal 2025 por parte del INEGI, está poniendo en riesgo el conocimiento de la realidad actual con el que deberá contar el Plan Nacional de Desarrollo (PND); el Plan Veracruzano de Desarrollo 2025-2030 y los futuros planes Municipales 2026-2029 en la entidad.
La planeación del desarrollo de nuestro país depende de información estadística confiable y actualizada, no se puede planificar adecuadamente sino se cuenta con información de un diagnóstico actual, confiable, veraz, certero y oportuno. La Constitución establece que el Estado debe garantizar el desarrollo integral, pero esta tarea es imposible sin herramientas como la Encuesta Intercensal, programada para 2025 por el INEGI y que recientemente se informó que ha sido cancelada por razones presupuestales, lo que impacta gravemente en la definición de las políticas públicas pertinentes.
Es de señalarse que desde 2015, esta Encuesta ha sido clave para actualizar datos demográficos, económicos y sociales, pues es con base en esta información que se identifican cambios y desigualdades que orientan estrategias de desarrollo. La Encuesta Intercensal del 2015, vino a sustituir el Conteo de Población y Vivienda que el INEGI había venido llevando a cabo desde 1995, justamente a mitad del periodo entre dos Censos de Población y Vivienda, pues quedó claro que las políticas públicas que se implementaban por los tres niveles de Gobierno estaban desfasadas de la realidad con 10 años de distancia; es decir, se planificaba con información de un pasado muy lejano, de ahí parte de su fracaso.
La ausencia de la Encuesta Intercensal, equivale a operar con información obsoleta por parte de las instituciones de los 3 niveles de gobierno; de hecho, es tanto como estar tomando decisiones en el presente con información de un pasado muy lejano, y con ello querer construir un futuro promisorio. De manera inmediata, el Plan Veracruzano de Desarrollo (PVD) 2025-2030, enfrenta una gran limitante debido a estos motivos; algo que por supuesto puede superarse si se atiende a las investigaciones académicas de rigor científico: investigaciones de orden regional que sean actuales, que estén soportados en estudios de campo de preferencia y, en su caso, con amplias series de tiempo, para poder realizar proyecciones, este sería el caso del “Atlas Agrícola del Estado de Veracruz 1960-2022”, próximo a publicarse, que concentra 62 años de registros de todos los cultivos agrícolas que, al inicio del periodo, eran más de 250 y los 107 que actualmente quedan, aunque en rigor son solo 9 cultivos importantes en la entidad por su volumen de producción y rendimientos físicos y monetarios.
El problema de nutrir el PVD con información actual es que, en la Universidad Veracruzana (UV) poco se fomentan los estudios regionales; de hecho no hay una política específica en este sentido; las autoridades están perdidas en las cuestiones administrativas, en la reelección y en la micro lucha política interna, sin tener en claro todo el potencial de científicos con que cuenta nuestra Máxima Casa de Estudios y que con sus productos podría nutrir al proceso de elaboración del PVD. Bueno pues, es tan grave la pérdida de rumbo en la UV, que en lugar de que el Rector se apoye en los académicos de la misma Universidad, los ha despreciado y ha preferido contratar a investigadores del CIESAS-GOLFO para que le orienten sobre el quehacer universitario; incluso, ahora que está el proceso de elaboración del PVD, quienes están asistiendo a las reuniones son los investigadores del CIESAS Golfo en representación de los académicos de la UV, por supuesto, con un claro desconocimiento de las investigaciones que se han realizado sobre Veracruz y otras que se llevan a cabo en los Institutos y Centros de Investigación, así como en algunas facultades de las 5 Regiones Universitarias.
Pero bueno, regresando al punto central del análisis, la cancelación de la Encuesta Intercensal tiende a perjudicar la distribución de recursos federales, basada en datos poblacionales y, lo más grave, limita la capacidad de respuesta de los Gobiernos ante emergencias sociales y económicas, como la que se registró con la pandemia de COVID-19 o el proceso actual de deportación de inmigrantes mexicanos radicados en Estados Unidos (EU); incluso, la ausencia de este instrumento estadístico limita la implementación adecuada de proyectos como el Interoceánico o conocido también como Transístmico; la integración funcional intermunicipal de las Regiones Metropolitanas (RM) que serían la base para generar crecimiento económico y empleo en Veracruz; incluso, mismas estrategias de combate a la pobreza. Por supuesto que también tiende a afectar las investigaciones académicas y los procesos de transparencia y la rendición de cuentas.
Frente a este escenario, es imprescindible explorar alternativas entre los gobiernos de los estados y municipios con las instituciones de investigación o consultorías especializadas en estudios regionales y estadísticos, para llenar ese gran vacío de información, tal y como se lleva a cabo en los países de primer mundo. Sobre el particular, se pueden llevar a cabo encuestas temáticas según las problemáticas regionales identificadas y que se quieran atender o resolver. La unión de lazos entre la instituciones académicas y Gobierno son fundamentales para promover el desarrollo efectivo de la entidad, pero para ello se requiere de voluntad política por una parte y, por la otra, una administración universitaria comprometida con la cuestión humanística y su entorno socioeconómico, además del desarrollo de la ciencia y la tecnología; la difusión del conocimiento, la preservación y avance del arte y la cultura, situación muy difícil de lograr, mientras no exista un golpe de timón en la UV.
En este contexto, para que la UV se convierta en un factor de apoyo al desarrollo de la entidad, necesita recuperar su esencia académica, científica, cultural, artística en materia de difusión extensión del conocimiento y sobre todo la vinculación efectiva con el sector productivo. Es necesario garantizar que los jóvenes universitarios tarden cuando más 4 años en egresar de las licenciaturas e ingenierías, pues actualmente tardan hasta 7 años; también se requiere revisar las causas de la ausencia de apoyos para realizar investigaciones académicas y aportar información estratégica a las instancias de Gobierno; el mantenimiento de los edificios es tan deplorable que dificulta el desarrollo del quehacer científico y administrativo; no hay política editorial y en consecuencia no se difunden con pertinencia los hallazgos de los procesos de investigación; no se promueve el progreso del arte y la cultura; se carece investigación y desarrollo tecnológico para apalancar incrementos en la productividad del sector productivo en la entidad; y, sobre todo, no existe un proyecto académico, una senda por donde transite el desarrollo de la institución, tan es así, que la actual administración de Rectoría solicitó el auxilio de universidades recién creadas a nivel nacional, para satisfacer la demanda de la matrícula, cuando en décadas anteriores la UV auspiciaba el arribo de jóvenes que venían a realizar estudios universitarios de los estado de Puebla, Tabasco, Tamaulipas, Campeche, Chiapas, Hidalgo, entre otros; en esencia, nuestra querida institución, era un referente académico, científico, artístico y cultural a nivel nacional, por ello es que se percibe la urgencia de una refundación de nuestra universidad, acorde con los cambios que está generando la Revolución Tecnológica del Conocimiento Digitalizado y los nuevos retos de nuestro estado y sus municipios.