jueves, enero 23, 2025

Una indeseable y pesada losa  

Desde el Café 

Hay funcionarios públicos que mienten cuando se les acaban los argumentos, mienten para ocultar un latrocinio, un caso de corrupción o incluso por cuestiones de seguridad nacional. Pero otros mienten porque está en su naturaleza, porque piensan que nunca los van a agarrar en la maroma, por cínicos y por mitómanos que son. A este grupo pertenece la Fiscal Verónica Hernández Giadáns. 

El martes anterior durante su comparecencia en el Congreso local, dijo con el mayor desparpajo que la violencia va a la baja en Veracruz y dio datos; los homicidios dolosos han disminuido un 55 por ciento, los feminicidios en más del 50 por ciento y los secuestros en un 91 por ciento. 

Pero no tuvo que ir muy lejos por la respuesta.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública dio a conocer que Veracruz cerró el 2024 con 1,768 homicidios dolosos, 46 menos que en 2023 cuando se contabilizaron 1,814. 

¿Esa es la “disminución significativa” que cacareó Cuitláhuac García y que presume la Fiscal estatal? 

Sí, esa es. 

¿Y dónde está la baja del 55 por ciento? 

En la mente de la funcionaria. 

Los feminicidios pasaron de 45 en 2023 a 54 en 2024 con lo que están bien lejos de haber disminuido un 50 por ciento como aseguró la señora. 

La disminución de los secuestros es una de sus más grandes mentiras. La organización Alto al Secuestro dio a conocer que del 1 de diciembre del 2018 a febrero del 2024, Veracruz ocupó el primer lugar nacional en secuestros con 1, 022 casos acumulados, seguido del Estado de México con 976; la Ciudad de México con 445; Puebla con 264 y Michoacán con 252. Y ojo, hasta ese febrero Veracruz era el único estado en superar los mil secuestros. 

¿De dónde saca doña Verónica que este flagelo ha disminuido un 91 por ciento? 

De su mitomanía, de dónde más. 

Desde que fue empotrada primero como encargada de la Fiscalía y luego como Fiscal General, la dependencia ha vivido sus años más negros. Hay rezago, incompetencia, malos tratos, abusos de autoridad, soberbia, desprecio y mentiras, muchas mentiras.

Un ejemplo de soberbia y desprecio es la negativa de Hernández Giadáns a recibir 82 recomendaciones que le envió la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Y dos ejemplos de abuso de autoridad son el encarcelamiento de Jorge Fabián Cárdenas Sosa, a quien encerró más de tres años por el delito de lesa humanidad de haber ganado las elecciones a la alcaldía de su natal Lerdo de Tejada. Y la injusta arbitrariedad que cometió con Yuli Raquel, una joven mujer que fue detenida con argucias llenas de sevicia y condenada a 60 años de prisión por un asesinato que no cometió.

A excepción de Cuitláhuac García que justificó sus excesos y la apoyó hasta la ignominia, no he sabido de otro veracruzano, de uno solo, que aplauda el trabajo de Verónica Hernández Giadáns porque simplemente no hay nada que aplaudir.  

La señora jamás fue abogada de los veracruzanos, sino del dueto conformado por Cuitláhuac García y Eric Cisneros a quienes sirvió de manera lacayuna sin importarle violar la ley. Y quién viola la ley comete un acto criminal. 

Sin embargo y como premio a su incapacidad, sigue al frente de la FGE cuando es un premio que no se merece. Como tampoco merece seguir cargando con tan indeseable y pesada losa, nadie que viva en suelo veracruzano. 

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