lunes, marzo 10, 2025

Las queremos vivas, valientes y chingonas

En un Palacio Nacional cercado por muros de metal que sólo dividen y alejan a las mujeres del palacio donde habita la primera mujer en ocupar la presidencia, el 8M gritó la realidad de muchas mujeres mexicanas. 

Mientras ellas mostraban su descontento, al  interior del palacio se llevaba a cabo un acto con total desapego a lo que se vive. La señora Sheinbaum rodeada del séquito de mujeres de su partido, sin presencia de mujeres notables de cualquier otra índole como intelectuales, investigadoras, deportistas, o pertenecientes a la oposición política.

Claudia no pudo salir a marchar con sus congéneres. En cambio la ex candidata presidencial, la Ingeniera Xóchitl Gálvez si lo hizo. 

El pasado sábado 8 de marzo 2025 se vivió otro año más de la expresión del feminismo que nació en la pasada administración de López Obrador.  El bautizado 8M se manifestó como la válvula de escape de lo que la mayoría de las mujeres sufre a manos no sólo del Estado mexicano sino también de la sociedad.

En un México donde las cifras de mujeres desaparecidas van en aumento pero el gobierno prefiere abarrotar el zócalo de porras y banderas es entendible que podamos ver renuencia cuando leemos en las redes 

 ¿Por qué marchan? 

¿De qué sirve?

¿Qué  han resuelto?

En tanto continuemos leyendo estos cuestionamientos y el Estado esté enfocado en su popularidad, indudablemente será necesario reforzar el 8M y eso sucede porque aún no han entendido nada.

“Los monumentos más grandes de México que debemos proteger son nuestras mujeres”

Las queremos vivas, valientes y chingonas. Libres para decidir sobre sus cuerpos y sus vidas.

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