La secretaría anticorrupción y buen gobierno canceló la compra consolidada de medicamentos 2025-2026 al descubrirse serias irregularidades en la adjudicación de contratos, así sea eventual esa cancelación provocara fuerte impacto en el abastecimiento de medicinas e insumos médicos en los hospitales del país, ya de por sí afectados por el innegable desabasto. El viciado procedimiento corrió a cargo de Birmex (Biológico y reactivos) que asignó convenios a empresas cuyas ofertas fueron de costo más elevado, haciendo una diferencia de 13 mil millones de pesos respecto de las ofertas no favorecidas. Se va a investigar, se dice, mientras, se cancela el procedimiento pero ¿no importa que ese retraso vulnere tratamientos médicos en enfermos sin medicinas?
Cuentan que un gobernador veracruzano había autorizado el trazo de una carretera en el norte de la entidad, solicito un ingeniero se le acercó para sugerirle un trazo más corto y económico que el autorizado, la respuesta del mandatario fue contundente “esa es la diferencia entre la visión de un tecnócrata y la de un político, pues este privilegia el fin social de la obra pública, mientras que el tecnócrata solo atiende al costo-beneficio”. La obra autorizada por el Ejecutivo comunicaba comunidades indígenas, mientras la sugerida por el ingeniero no tocaba ningún centro poblacional, esa era la gran diferencia. Así se antoja la disposición de Raquel Buenrostro al ordenar la cancelación de la compra consolidada de medicamentos hasta aclarar las irregularidades detectadas por el sospechoso procedimiento de Birmex, en el que la industria farmacéutica nada tuvo que ver. En los albores del año el secretario de salud ofreció un abasto de medicinas para marzo del año en curso, pero con estos desarreglos esa promesa se ve diferida para mala fortuna de los derechohabientes del IMSS, del ISSSTE, y de la población carente de seguridad social y asiste a los hospitales del sector salud ahora agrupados en IMSS-Bienestar. Poco favor hacen a la presidenta Sheinbaum, porque con estos retrasos se está reeditando en el sector salud un contexto semejante al padecido durante el gobierno anterior cuando el desabasto fue doloroso tema de la población económicamente más vulnerable haciendo rudo contraste con el slogan propagandístico: “primero los pobres”. Y ya suena grotesco.