Agencias/Sociedad 3.0
El rey de España, Felipe VI, animó este jueves a México a aprovechar la celebración del bicentenario de su independencia para “realzar el pasado común” y reiterar “la firme determinación” de seguir contribuyendo al “desarrollo y bienestar, presente y futuro” de ambos pueblos.
Acompañado de la reina Letizia y del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, Felipe VI presidió hoy la tradicional recepción del cuerpo diplomático acreditado en España en el Palacio Real, marcada por la pandemia, que llevó a reducir a la mitad el número de invitados.
El monarca español destacó “los profundos vínculos históricos” con Iberoamérica y expresó el deseo de España de acompañar “activamente” las conmemoraciones este año de los bicentenarios de México, Perú y las repúblicas centroamericanas.
“Deben permitirnos no solo realzar un pasado común sino también y, sobre todo, reiterar nuestra firme determinación de seguir contribuyendo al desarrollo y bienestar, presente y futuro, de sus pueblos y ciudadanos”, afirmó.
Felipe VI no hizo ninguna alusión al controvertido emplazamiento del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para que España pida perdón por la conquista de ese territorio hace cinco siglos.
El pasado día 11, López Obrador leyó la carta que le envió al rey de España en marzo de 2019 exigiéndole la disculpa y enumerando la “vulneración de derechos individuales y colectivos” que se cometió entonces contra el pueblo mexicano.
Felipe VI remarcó que España has sentido “especialmente próximas” las consecuencias que la crisis de COVID-19 ha tenido en Iberoamérica, lo que ha hecho estrechar aún más la cooperación para avanzar en la recuperación en ámbitos como la vacunación o la financiación internacional.
Además de la pandemia, recordó los graves daños causados por los huracanes en Centroamérica el pasado mes de noviembre y el viaje que semanas después hizo la reina Letizia a Honduras para trasladar la ayuda solidaria de España y apoyar la reconstrucción.
El monarca español confía en que pueda celebrarse en abril la cumbre iberoamericana en Andorra, programada inicialmente para noviembre, pero que tuvo que aplazarse.
En el 30 aniversario de estas cumbres, dijo que “enorgullece” constatar como este foro se articula como “verdadero escenario privilegiado de concertación regional y multilateral, tan necesario” en la actualidad.
De igual modo, enfatizó el compromiso de España con la integración centroamericana y “el fortalecimiento de sus instituciones y sistemas democráticos”.
Valoró el fin de las negociaciones para renovar el acuerdo entre la UE y México y deseó que este año se obtengan avances en los acuerdos con Mercosur y Chile.
Tras el relevo en la Casa Blanca, el monarca español felicitó al nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y se mostró convencido de que las relaciones con España saldrán “fortalecidas y enriquecidas”.
A la recepción en el Palacio Real asistieron algo más de un centenar de embajadores y representantes de organismos internacionales, como la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan.
Entre las ausencias, la más destacada fue la del embajador estadounidense, puesto que el que nombró Donald Trump renunció al cargo poco antes de que Biden tomara posesión.
Venezuela y Bolivia tampoco tienen nombrado a su nuevo embajador en España, por lo que acudieron diplomáticos de rango menor.
Entre los embajadores debutantes en la recepción, el argentino Ricardo Luis Alfonsín, hijo del que fuera presidente de este país Raúl Alfonsín entre 1983 y 1989.