Una prueba irrefutable de la importancia de la venidera elección es la evidente injerencia del gobierno en ese proceso. Prueba manifiesta es la incorporación al programa de vacunación a los “siervos de la nación”, otra más, cuando el presidente alude a los programas sociales con subliminales mensajes de su posible desaparición en caso de no proseguir MORENA en el gobierno. Algo otea el presidente al adoptar esa conducta no obstante tener a favor una elevada aceptación popular. Pero la preocupación no es ociosa, vistos los problemas que encara la dirigencia nacional de su partido para conciliar las diferencias intergrupales y la dificultad de encontrar en sus filas candidaturas atractivas que cautiven a la población, porque aspirantes sobran, pero no concitan confianza ciudadana. Esto último obliga a intensa pepena para captar candidatos desahuciados en el PAN (Javier Nava en SLP), el PRD y del PRI, quienes a su vez aprovecharán las ventajas ofrecidas por MORENA. Sin duda, seremos testigos del tradicional chapulineo, aunque ya no seamos iguales.