Sociedad 3.0
Este miércoles falleció víctima de Covid-19, el jefe de Nóminas de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, Aníbal Rivera Sánchez. Coincidentemente, el 16 de enero pereció también por padecer coronavirus la empleada Rosalba Moreno Estrada, parte también del personal del pago a los trabajadores, que en esa institución son llamados “solidarios”.
La muerte de estos dos funcionarios en la UPAV revive la añeja demanda de empleados y docentes, a quienes no se les quiere reconocer su calidad de trabajadores y por lo tanto carecen de seguridad social, que incluye apoyos por enfermedad, maternidad, accidentes de trabajo, o enfermedades laborales, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos e hijas, etcétera.
En el caso de los docentes, por ejemplo, reciben el mismo pago por clase desde el año 2005, cuando la institución se denominaba IVEA, posteriormente IVE y desde 2011, UPAV. Es decir, han pasado más de 15 años sin tener un incremento en sus percepciones.
Ante la amenaza de cárcel para los clientes y empresarios del outsourcing, esquema que es empleado por la UPAV para regatear los derechos laborales, este inicio de semana fueron requeridos los “directores solidarios” para enviar con urgencia un formato lleno con distintos datos de los maestros bajo su adscripción, pero ignoran para qué será usado ese material.
Los empleados de la sede central de UPAV se quejan de no tener las condiciones de sanitización necesarias para el desarrollo de su trabajo.
Una característica del actual rector, Ome Tochtli Méndez Ramírez es mantener un total bloqueo y falta de contacto con la comunidad universitaria, ya que nunca ha visitado las sedes, preguntado por las necesidades ni dispuesto buena atención a quienes tienen necesidad de realizar trámites, los que se enfrentan a servidores malhumorados y groseros que les hacen la vida imposible a directores, secretarias y alumnos, según las interminables quejas de los gestionantes.