Ya van dos videos expuestos a la opinión pública para exigir a sus adversarios políticos en la puja por el gobierno de Nuevo León atribuidos a Adrián de la Garza, de Va por Nuevo León. En el primero pone en evidencia a Clara Luz Flores, de la Coalición Juntos Haremos Historia, porque mintió al insistir que no conocía a Keith Raniere, fundador de la secta NXIVM, actualmente preso en los Estados Unidos por los delitos de tráfico sexual de personas, pornografía infantil y extorsión, hecho que le ocasionó pérdida de puntos ante la opinión pública de la entidad. El segundo petardo lo orientó contra Samuel García, de Movimiento Ciudadano, con un video añoso, cuando de niño sus padres lo llevaron a una fiesta donde estuvo presente un personaje de la delincuencia organizada. Ninguno de ellos se salva de acusaciones non santas porque a de la Garza se le liga al exgobernador Rodrigo Medina y al candidato del PAN, Fernando Larrazabal, a quien sacan los problemas que enfrenta su hermano Jonás y carga con rumores de su declinación por otro candidato. La moneda está en el aire, pero por lo pronto de la Garza se ha echado encima a dos de sus contrincantes, que deben estar buscando hasta debajo de las piedras alguno que otro pecado cometido. ¿qué acaso no pudo alguien más atribuirse la publicación de esos videos? Porque el que se ríe se lleva.