La Internacional Derechaira se llevó a cabo gracias a los muy sensatos y morigerados personajes medievales de Vox en España, la que quieren que huela a caña, franquismo y brea, con los headliners de la ultraderecha autoritaria, halloweenesca y yunquista. Bueno, hasta Donald Trump —que todo lo que toca lo desprestigia más que a Fox y Calderón juntos— mandó un mensajillo para despertar a los reaccionarios más remisos. Ya me imaginaba a Julen Rementiría, Lilly Téllez, Calderón, Lozano, los hermanos Zavala y el Kukluxpanismo en pleno, poniéndose su capuchón blanco para asistir al pachangón de la onda retrógrada pero, lástima Margarito, no los invitaron. O sea, incluyeron a personajes del mussolinismo pando como Giorgia Meloni, a Santiago Abascal que se siente la reencarnación de Torquemada, a Jeanine Áñez (la reina de los golpes militares que los antimilitaristas del PAN veneran), Ted Cruz que es el camisa parda mayor, Álvaro Uribe en su calidad de anticomunista sin atributos y el mismísimo agente naranja, mi Donald de toda la vida, que hace ver a Porfirio Díaz y a Iturbide como jipitecas open mind.
O los de Vox que se sienten muy muy y para abajo no saben mirar, o de plano ven muy fresas a los del KuKluxPAN con todo y sus grandes gestos patibularios, atrabiliarios y pinochetistas. Qué gachos, al menos hubieran convocado a #LordCuchillote, a Kinky Téllez (la heroína porfifirista, según Lupe Loaeza, no se rían) en su papel de hada madrastra, a Charly Loret vestido de Guacamaya o al ChikiliQuadri en calidad de Príncipe de las tenebras. Al analizar a Ricardo Anaya, Santi Creel y Cabeza de Buey, los de Vox luego luego detectaron que ahí no era, que con ellos puras vergüenzas.
Bueno, los Vox, que son como los cadeneros del ultraconservadurismo premoderno, tampoco convocaron a Almagro, quizá porque al ritmo de “¡Ánimo Montana!”, se siente el Mil amores de la OEA, esa cosa tan fea, tan fea que causa risa. Más risa que el enésimo grupúsculo anticuatroté de Claudio XXX, sin Alito, que está más guango que los pañales de Kimberly Clark.
Lo más cotorro de este Vive Ladino derechairista no fue la narrativa que prostituye el legado de Goebbels, ni tampoco que los participantes salieran disfrazados de Hernán Cortez, Pizarro y Pedro de Alvarado con todo y ladillas… sino que presentaran una boy band tipo Locomía con canciones como de Fresas con crema pero con morriñas dictatoriales y delirios franquistas. #DéjenseAhí.