lunes, noviembre 25, 2024

De Amlitos en el ‘tribu’ y ‘gremlins’ en el Metro

Agencias/Sociedad 3.0

Esto del Tribu Federal Electoral está más sospechosista que la sucesión de extraños accidentes en el Metro. Digo, qué casualidad que justo ahora a cada rato pasen cosas raras en el Sistema de Transporte Colectivo que casi ni se ven encaminadas a pegarle a Claudia Sheinbaum. Y la reacción de la opinocracia opositora está más coreografiada que los bailables de Timbiriche, gritando y haciendo panchos a diestra y al mismo ritmo tan casual como que ahora se separan los vagones del Metro. Ahí hay una mano pachona.

Y es que con todo y la vigilancia de la Guardia Nacional (representante de una muy curiosa militarización sin armas), pasan incidentes que rebasan la lógica del mantenimiento y la inversión y que te llevan hacia los rincones del sospechosismo. Ya para que se hayan separado unos vagones, sí parece el resultado de una estrategia muy clara; bueno, una estrategia medio chafa porque se ve que sus organizadores están muy enviciados y están soltando a sus gremlins con demasiada frecuencia. 

Sí, todo muy raro; tanto que la oposición hasta se puso como las señoritas Vivanco con la imagen de una pareja de trabajadores de limpieza instalados en el romance porque no siguieron las instrucciones de Marta Debayle para llevar un correcto estilo de vida. Pero más bizarro que todo esto es el Tribunal Federal Electoral que, en una más de sus decisiones mafufas, decidió que la legendaria caricatura del Amlito estaba vetado de cualquier contienda electoral. O sea, como dicen en los estadios con mucha carga de ironía: ¡Árbitro justo!”. De hecho mi querido monero Pepe Hernández, autor de la caricatura primigenia nos dijo en Operación Mamut: “Pasamos del AMLO, un peligro para México, a AMLITO, un peligro para México”.

Digo, si de verdaderas caricaturas perniciosas hablamos ahí tenemos al ChikiliQuadri, la Rabadán, la Gálvez y Kinky Téllez. Y no se diga el Va por México que es una caricatura muy torcida y sórdida. Sobre todo porque vemos a Claudio XXX, Markititito Cortés y Zambranititito que le bolean los papos a su papo mayor, Alitititito Moreno. Quizá por sus baños que tienen más mármol que la Capilla Sixtina, los domina como a sus mascotas.

En un rato, Alito Moreno, que es un costal de mañas, se los va a llevar bien gacho al baile; y va a decidir, y no el PAN, al candidato presidencial, y en una de esas hasta se va a convertir en el dueño de Kimberly Clark de México.

Amlitos en el Tribunal y gremlins en el metro.

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