Destaca en el discurso del mandamás en Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, el obsesivo planteamiento acerca de su rechazo a aliarse con el “PRIAN”, porque en su opinión son partidos que reflejan al México de la corrupción y los enjuagues políticos, en cambio, dice, Movimiento Ciudadano es una organización de ciudadanos, democrática, dispuesta a dar fin con los restos del pasado. Sin embargo, en la realidad casi todo lo que se hace en ese partido navega a contracorriente con el discurso que maneja. Aún más, en las últimas semanas exhibe la apariencia de haber perdido la brújula y que el gobernador de Nuevo León le está compitiendo a Dante Delgado las decisiones cupulares de su partido, justo a partir del “destape” de Jorge Álvarez Maynez como candidato de MC a la presidencia de la república. El escenario para ese efecto no fue el más adecuado (tequilas y cervezas en su entorno) y lo destacado fue la ausencia del dirigente nacional, quien no parece tener bajo control la conducta de Álvarez Maynez, pues el sábado pasado volvió a aparecer con Samuel García en ruidosa francachela durante un partido de futbol. ¿Acaso esa conducta forma parte de una nueva forma, “moderna”, de hacer política en México?
A partir de los procesos electorales competitivos, acentuadamente en la década finisecular, floreció la figura del “chapulineo”, o trapecismo político, traducido en la migración de políticos de un partido a otro, la causa más recurrente de este fenómeno radica en no verse favorecidos por la candidatura a cargo de elección popular en su partido, e inconformes renuncian y se adhieren a otro, en su tiempo principalmente al PRD que empezaba a “enriquecer” sus filas con loa migrantes políticos a quienes ofrecía la candidatura que en el PRI o en el PAN no habían conseguido. Actualmente, el chapulín político brinca hacia MC o al Verde Ecologista, y eventualmente a Morena, donde les dan cobijo y candidaturas. Esto es aprovechado por la competencia para sugerir que los partidos fuente de le emigración están en proceso de descomposición, una formula con premisa errónea pero muy efectiva. ¿Por qué a MC y al Verde Ecologista? Porque ambos partidos requieren engrosar su membresía, y encuentran similitud en sus estrategias para postular a personajes famosos con nulo conocimiento de la cosa pública pero jalan votantes poco precavidos. En ambas instituciones políticas las decisiones son cupulares y si quien llega buscando candidatura tiene trayectoria y es potencialmente competitivo los postulan sin miramiento a su militancia, muy reducida y con escasa capacidad para protestar. Con ese entorno pleno de dramático acontecer MC no parece vivir sus mejores tiempos: el gobernador de Jalisco aparece muy alejado, el gobernador de Nuevo León está convertido en chivo en cristalería, y en Veracruz, la tierra de nacimiento de Dante Delgado, postula a un ex panista que muy recientemente se promocionaba para una candidatura, es decir, el clásico chapulín. Así ¿cómo?