Por supuesto que ninguna elección es igual a otra, aunque a veces participen como candidatos los mismos protagonistas.
En Morena lo saben mejor que nadie porque su líder, Andrés Manuel López Obrador, logró llegar a la Presidencia de la República hasta el tercer intento.
En Veracruz, el panista Miguel Ángel Yunes Linares fracasó en 2010 pero seis años después llegó a la gubernatura como candidato de una alianza inédita del PAN con el PRD, partido que le sumó los 120 mil votos que le dieron el triunfo sobre el priista Héctor Yunes Landa, su primo hermano.
En esa misma elección participó por primera vez Cuitláhuac García, de Morena, quien solamente obtuvo alrededor de 800 mil votos, los cuales duplicó sorpresivamente en 2018 para imponerse a Miguel Ángel Yunes Márquez, el hijo del gobernador Yunes Linares postulado por otra coalición inesperada, la del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, que alcanzó aproximadamente un millón 400 mil votos, sin precedente en Veracruz pero que le fueron insuficientes.
El triunfo de García Jiménez, como ya se sabe, se atribuyó al llamado “efecto López Obrador”, quien finalmente logró llegar a Palacio Nacional al rebasar los 30 millones de votos, una cifra histórica.
En esa misma elección, Rocío Nahle y el actual alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued, ganaron las senadurías de mayoría relativa al sumar aproximadamente un millón 800 mil votos.
Ahora Nahle, como candidata de Morena a la gubernatura, enfrenta al priista Pepe Yunes Zorrilla, quien en la sucesión estatal de 2018 quedó rezagado en un lejano tercer lugar con poco más de 500 mil votos. En aquella contienda, las circunstancias eran totalmente adversas para el peroteño, quien tuvo que enfrentar, por un lado, el tsunami de la popularidad de López Obrador –quien encarnaba la última esperanza de abatir la inseguridad y erradicar la corrupción que estigmatizó a los gobiernos del PRI y PAN–, y, por el otro, los millonarios recursos y el aparato del gobierno estatal a favor del hijo del gobernador Yunes Linares.
Hoy, desafortunadamente para Nahle, las circunstancias son diferentes. La ex diputada federal y senadora con licencia ya no tiene el mismo manto protector de 2018, pues ahora deberá asumir no sólo el costo electoral por su cuestionado desempeño durante cinco años como secretaria de Energía, sino también por los negativos de los gobernantes de su partido, el presidente López Obrador y el gobernador Cuitláhuac García, quienes hoy enfrentan una intensa campaña de desacreditación de sus adversarios, inclusive desde el extranjero, como es el caso del Ejecutivo federal que ha sido vinculado con cárteles del narcotráfico por influyentes publicaciones estadounidenses y europeas.
Además, en este inédito proceso electoral, Pepe Yunes, quien después del descalabro de hace seis años resurgió en 2021 al ser el único priista que ganó una diputación federal de mayoría relativa en Veracruz, ha logrado lo que jamás nadie se imaginó que pudiera darse en la entidad: ser postulado otra vez a la gubernatura por una coalición de partidos y grupos políticos de oposición que recientemente estaban muy confrontados.
Y a ello habría que sumar también a organizaciones de la sociedad civil, en su mayoría apartidistas, que ya hicieron sentir la fuerza de su activismo en apoyo del Instituto Nacional Electoral (INE), del Poder Judicial de la Federación y que, por supuesto, simpatizan con la candidata presidencial de la oposición, Xóchitl Gálvez.
LOS ‘XOCHILOVERS’
Ayer, por cierto, a unas horas de que arranquen las campañas federales rumbo a los comicios del 2 de julio, representantes de la sociedad civil organizada de todo el país se reunieron para construir, en los próximos tres meses, una red de más de 10 millones de “Xochilovers”en apoyo del proyecto de la abanderada presidencial del PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez.
Diana Vega, Coordinadora Nacional de los “Xochilovers”, recordó que esta plataforma ciudadana nació con un millón de firmas de apoyo para Gálvez y que, en la actualidad, ya cuentan con una red de más de dos millones de representantes tanto a nivel estatal y en los principales distritos electorales de todo el país.
Vega aseguró que la sociedad civil organizada se ha constituido como la cuarta fuerza de la campaña de Xóchitl, para lo cual se han coordinado con los partidos PAN, PRI y PRD para obtener el triunfo electoral.
Al inaugurar el primer encuentro presencial denominado “Xochicamp” en la que participaron los 32 representantes estatales y digitales de “Xochilovers”, Diana Vega dejó en claro que esta organización emanada de la sociedad civil es “la cuarta fuerza de la campaña y tiene como objetivo ambicioso “hacer que 10 millones de personas voten por Xóchitl Gálvez”.
“Estamos muy contentos porque nuestro ‘Xochicamp’ logró reunir a enlaces estatales y digitales para conocernos en persona y motivarlos, ya que solo nos habíamos reunido de manera virtual y queremos establecer un vínculo más cercano con nuestros coordinadores y la propia candidata”, aseveró ante el panista Santiago Creel Miranda, coordinador de Campaña de Xóchitl Gálvez; Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional del PRD, y de Alonso Cedeño, Coordinador Operativo de Sociedad Civil de “Xochilovers”. (Con información del diario Crónica)