Gran expectación ha causado la delación de Arturo Castagné Couturier relativa al abultado patrimonio inmobiliario de Rocío Nahle y su cónyuge, pues ha provocado incesantes comentarios sobre quien fuera secretaria de energía y minas del gobierno federal y ahora es aspirante al gobierno de la entidad veracruzana. Lo interesante de este caso estriba en haberse dado a conocer que la funcionaria Rocío Nahle no incluyó los inmuebles de que habla Castagné en su declaración patrimonial como es obligación de todo servidor público. El morbo y la curiosidad suscitados en torno a este asunto lo alimentó aún más el silencio de la señora Nahle, quien finalmente se decidió a dar respuesta en entrevista radiofónica donde negó ser la propietaria del inmueble que habita en Boca del Rio, según afirma es rentado. No es la propietaria de la ya famosa casa, dice la candidata al gobierno veracruzano, solo la renta, pero, entonces ¿Castagné está equivocado? Por lo visto este es solo el primer capítulo de una interesante trama de cuyo desenlace la opinión ciudadana de Veracruz está pendiente. Lo cierto es que este asunto se asemeja a una bola de nieve que mientras rueda cuesta abajo aumenta de volumen; cabe en ese símil la posibilidad de que en realidad solo se haya descubierto la punta de un enorme iceberg.
Sin embargo, debe concederse a la señora Nahle el beneficio de la duda mientras documenta testimonialmente su negativa de ser la propietaria del multicitado inmueble del estero con simplemente exhibir el respectivo contrato de arrendamiento. En su entrevista, la señora Rocío Nahle aprovecha para repetir el cliché de “no somos iguales”, y alude a la “desesperación” y “el enojo” de sus adversarios, no aclara porqué estarían desesperados o enojados, pero esa es parte de la narrativa de toda campaña de índole electoral. Deja en el tapete de su declaración la sugerencia de que José Yunes Zorrilla y Fernando Yunes Márquez eran senadores cuando Lozoya “entregó maletas a senadores del PRI y del PAN”. Cosas de campaña electoral y como tales en la tradición mexicana ahí quedan, pero ahora ¿con la negativa de la candidata Rocío Nahle se cierra este capítulo? Debe entenderse que no, porque Castagné ha asegurado poseer las pruebas de su dicho y de ser así, de comprobarse que efectivamente el inmueble de referencia es propiedad de la familia Nahle entonces alguien estará en verdadero riesgo de perder crédito en su palabra. Ya negó Rocío Nahle la propiedad, solo renta dijo, pero Castagné insiste en demostrar que no es así y exhibe la documentación respectiva.