viernes, noviembre 8, 2024

El «Bachetón», espejo de tercermundismo

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El “Bachetón” es uno de los programas con los que la administración sexenal de Claudia Sheinbaum inicia sus operaciones relativas a la obra pública, si adoptamos una actitud conformista el “peor es nada” sería el proverbio mejor aplicado porque refleja elocuentemente nuestra contrastante realidad de país tercermundista con ínfulas aspiracionistas de convivir con naciones del primer mundo. Aunque pudiéramos presumir que la economía mexicana está entre las primeras 20 de este sobrepoblado y socioeconómicamente muy desigual paneta, en realidad no gozamos de los beneficios habidos en países del llamado primer mundo. Nos despierta a esa realidad el deprimente anuncio acerca del “Bacheton”, un programa formulado por el Secretario de Infraestructura del gobierno federal que consiste en labores de bacheo en 44 mil 600 kilómetros de carreteras federales del país para lo cual cuenta con un presupuesto de 4 mil millones de pesos, es decir poco más de 10 millones de pesos por cada kilómetro. En el arranque de su implementación abarca solo nueve entidades, Veracruz no está incluido, pero para cuando nos toque se destinarán, de inicio, ¡83 millones de pesos para reparar 16.2 kilómetros en dos carreteras federales! Por el pésimo estado en que se encuentran las carreteras de Veracruz ese anuncio no conlleva ningún aliciente porque en realidad se requiere de una inversión muchísimo mayor a la anunciada y no solo para tapar baches sino para volver a encarpetar decenas de carreteras que hoy por hoy no se corresponden con la importancia geográfica y económica de nuestra entidad.

Lamentablemente, la presupuestación del gasto programable del gobierno federal encuentra severos obstáculos porque debe reducir (por mandato del FMI) el déficit fiscal heredado por el gobierno anterior del 5.8% al 3,5% lo que implica fuertes presiones en el gasto público, es decir, poco dinero para programas de inversión y de desarrollo, tal panorama no permite avizorar expectativas halagüeñas. No es bueno el horizonte en el inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum porque sin recursos suficientes para atender las grandes necesidades prevalecientes en nuestro país, enfrenta en política exterior el duro reto de convivir políticamente con Donald Trump y su agresiva actitud contra México, de lo que ya podemos deducir la enorme presión sobre nuestro gobierno, aunque la presidenta asegure que no habrá problemas el discurso de la realidad resulta más elocuente y de mayor contundencia. Está por verse cómo hará Claudia Sheinbaum para tranquilizar a empresarios e inversionistas de dentro y fuera del país, porque no basta decir que habrá garantías con sustento en un Estado de Derecho, justamente cuando han puesto en jaque mate al Poder Judicial de la federación. “Después de todo gobernar no es una ciencia” dijo AMLO en una de sus acostumbradas mañaneras, y quizás con mucha convicción aunque sin conocimiento de causa, porque ciertamente no gobernó entretenido como estuvo, y está, en derrumbar los cimientos de un régimen democrático gracias al cual llegó a la presidencia por uno “nuevo” pero con fuertes reminiscencias del añejo autoritarismo de partido monolítico, hegemónico, cuando avasallaba la presidencia imperial del siglo XX mexicano.

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