jueves, febrero 6, 2025

No reelección y nepotismo

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Emulando al expresidente López Obrador la presidenta Sheinbaum aprovechó la conmemoración del 5 de febrero para anunciar que enviará al Congreso federal iniciativa de ley para poner en rango constitucional la proscribir la reelección en ningún cargo de elección popular, la acompaña con otra que impedirá el nepotismo en los cargos públicos. Hoy, 5 de febrero, no puedo dejar pasar la fecha, así que estoy enviando al Congreso de la Unión dos nuevas reformas constitucionales. La primera, en honor a la Constitución de 1917, la no reelección a ningún puesto de elección popular”. Aunque en realidad el Constituyente de 1917 solo prohibió la reelección de presidente de la república y de gobernadores, no así la de diputados y senadores. Fue con la reforma al artículo 59 Constitucional publicada el 29 de abril de 1933 cuando se impidió la reelección de legisladores para evitar, se dijo, el enquistamiento de grupos políticos en el poder. En 1964 Lombardo Toledano propuso la reelección de diputados por dos periodos consecutivos ante la Cámara de diputados, que la aprobó, pero el senado la rechazó y devuelta a la cámara de origen fue archivada. Muchos años después, en 2014, el presidente Peña Nieto impulsó iniciativa con reforma que permitió que diputados, senadores, además de diputados locales y alcaldes, regidores y síndicos puedan ser electos hasta por cuatro periodos – cada uno de tres años – mientras que los senadores solo por uno más, pues cada uno es de 6 años. Los gobernadores no pueden ser reelectos. Es decir, un desempeño de 12 años como máximo. Un argumento para fundamentar esta iniciativa versaba acerca de formar legisladores y alcaldes con experiencia para el servicio público, un símil del Servicio Profesional de Carrera de servicio público. Con su iniciativa la presidenta da marcha atrás prohibiendo la reelección de legisladores.

Además, también propone impedir que quienes desempeñan cargos públicos de elección popular aprovechen esa circunstancia para dejar en el cargo a familiares cercanos, un fenómeno que ha florecido en el fecundo suelo político de nuestro país. Viene de lejos el nepotismo en cargos de elección popular, es posible llenar cuartillas con casos de esa naturaleza, en nuestra entidad no es la excepción y brotan por doquier los innumerables legados en cargos edilicios, se trata de un aprovechamiento insultante de la inmadurez ciudadana de nuestro país, porque ese fenómeno delata una subcultura política en subdesarrollo extremo. Aun está fresca en la memoria lo que en 2018 pretendió el entonces gobernador veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares al esforzarse por la candidatura panista de su hijo al gobierno de la entidad, precisamente para sucederlo. No se escucharon entonces voces en contra de ese atentado antidemocrático, de elevado tono nepotista, pero en evidente correspondencia con nuestro subdesarrollo político porque esa candidatura obtuvo una muy aceptable recaudación de votos. Por este y otros muchos antecedentes la iniciativa presidencial en comento adquiere elevada importancia, aunque en esto los partidos políticos debieran contribuir aportando esfuerzos para fomentar la cultura política del ciudadano mexicano. De otra manera ni será “bueno”, ni será “sabio”.    

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