Todo ser humano en el decurso de su vida desarrolla capacidades en base a experiencias adquiridas, en unas destaca mejor que en otras y a ellas debe aplicar su atención para un mejor desempeño. Pudiera ser, es posible, pero se antoja difícil que un boxeador de excelencia compita con similar éxito en básquet bol o en béisbol o viceversa, por ejemplo. Un habilidoso alpinista pudiera encontrar dificultades en labores de buceo, o un exitoso empresario quizás no encontraría la fórmula para manejar un trascabo o una máquina de ferrocarril, o bien manejar un equipo de futbol. Cierto, no podemos ser expertos en todo, incluso teniendo un coeficiente mental bastante elevado. En nuestra realidad hemos tenido oportunidad de observar cómo un excelente futbolista estudia cursos para convertirse en entrenador y llegado el caso no logra alcanzar el éxito que obtuvo como jugador. La probabilidad de un boxeador siendo un virtuoso del violín o del piano exigiría de mucha imaginación. O de quien posee muchísima imaginación e inspiración para el cuento o la poesía difícil menester le sería la política.
El presidente Trump es muy exigente, es posible advertirlo porque apenas a un mes del arranque de su gobierno ya despidió a quien había encargado la redada para atrapar migrantes y deportarlos porque-dijo- no hacía lo suficiente. Y aquí viene a cuento lo de “zapatero a tus zapatos”, este sábado, en su plataforma Truth Social, Trump dijo que Elon Musk estaba «haciendo un gran trabajo», pero que le gustaría verlo «más agresivo». La tarea de Musk, que es titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental, consiste en reducir el número de empleados del gobierno de los Estados Unidos, y para satisfacer el requerimiento de su eventual jefe comunicó a los empleados federales que deben justificar su trabajo, de lo contrario perderán su empleo. Pero no es lo mismo chana que Juana, porque en este caso, Everett Kelley, líder del sindicato de empleados federales de Estados Unidos interviene en defensa de sus afiliados contra cualquier despido fuera de la ley y esto, obviamente entorpecerá la labor de Musk y a la vez le impedirá ofrecer a Trump resultados inmediatos. Musk donó cientos de millones de dólares a la campaña presidencial de Trump, no trabaja en esa comisión por necesidad, pero aceptó un reto de proporciones gigantescas donde interviene el recurso humano y está vinculado a intereses de orden político, ese contexto no es del orden de la empresa privada donde las contrataciones de personal obedecen a criterios muy definidos y las condiciones las impone quien contrata ¿dará Musk el resultado esperado por Trump? ¿será este uno de los primeros rompimientos de Trump con sus allegados? ¿Musk tirará la toalla? Poco vivirá quien no lo sepa.