Agencias / Sociedad 3.0
Ante la posible venta del mural “The Making of a Fresco Showing the Building of a City” (“La creación de un fresco”) que en San Francisco pintó Diego Rivera en 1931, con el fin de resolver los problemas económicos del Instituto de Arte de San Francisco (SFAI, por sus siglas en inglés), miembros de la comunidad escolar expresaron su oposición a la venta.
Como un acto inconcebible calificaron la propuesta y señalaron que si ésta ocurriera sólo sería una solución momentánea, que no resolvería la desorganización de la junta de la Instituto. Además, señalaron que hay racismo en la propuesta de vender la obra de un artista no blanco.
“Nos oponemos firmemente a que el SFAI persiga la venta del Diego”, y añadieron que no es porque no quieran que el SFAI sobreviva. Así se lee en una carta pública, firmada por los líderes sindicales adjuntos de la SFAI.
Hoy a las 21 horas se llevará a cabo una reunión virtual organizada por los autores de la misiva, en donde se plantearán estrategias alternas para superar la crisis económica del Instituto.
Desde diciembre, los líderes sindicales, como representantes de la facultad adjunta y la comunidad interesada del SFAI, hicieron público su rechazo a la venta del mural a través de una carta.
“Sentimos la responsabilidad de criticar la motivación de la junta (de fideicomisarios) para decidir (la posible venta del mural); de intervenir en lo que sentimos son acciones de la junta que dañarán de forma crítica la reputación de la escuela, su legado y posición; y, si es necesario, de exponer públicamente la irresponsabilidad fiscal y ética de la junta, su evidente desatención al significado cultural del mural y su incapacidad para servir ya sea al mural o al personal de mantenimiento de la escuela”, se lee en la misiva.
Los líderes sindicales solicitan ayuda con ideas y recursos mientras idean un plan para prevenir la venta del mural, acto que consideran “inconcebible”.
En el documento, explican que el SFAI adquirió una deuda de 19 millones de dólares principalmente por un contrato de arrendamiento de 99 años y la renovación de su sede en Fort Mason, que señalan, la junta de fideicomisarios había prometido que se financiaría a través de una recaudación de fondos, objetivo que no se logró.
Con información de El Universal