Lo que es una batalla campal inconclusa por la dirigencia estatal, ahora se ha convertido en una guerra intestina por las prerrogativas, las candidaturas y el control de Morena en Veracruz. El canibalismo de Morena, un títere sin cabeza, ahora amenaza con devorar al Organismo Público Local Electoral (OPLE).
Este lunes, el supuesto secretario general con funciones de Presidente de Morena en Veracruz, Gonzalo Vicencio presentó ante el OPLE una solicitud para que se le entregue copia del documento que acredita la personalidad jurídica de Esteban Ramírez Zepeta para presentar la solicitud de registro de la coalición “Juntos Haremos Historia en Veracruz”, lo que hizo al lado de los líderes estatales del Partido del Trabajo y el Partido Verde.
Hay que recordar que de acuerdo a los propios representantes de Morena ante los órganos electorales, en Veracruz no hay un presidente del Comité Directivo Estatal, por lo que ese cargo se encuentra acéfalo y así estará hasta después de octubre de este año. En conclusión, en la entidad no hay un presidente partidista reconocido por la dirigencia nacional ni por los órganos electorales. Y es ahí donde se genera el conflicto: ¿quién tiene la representación legal ante el órgano electoral?
Si bien la firma de las dirigencias nacionales de Morena, PVEM y PT parecería no poner en riesgo a la coalición –sólo parecería-, el asunto irá a parar a los tribunales, acusando a las autoridades del órgano electoral de haber recibido la documentación de quien no está acreditado para ello. La legitimación de Ramírez Zepeta es la nueva batalla que se librará judicialmente, al tiempo que el OPLE se prepara para validar la coalición el próximo sábado.
En su afán de conciliar con los intereses políticos del partido en el gobierno, el órgano electoral podría correr la misma suerte que las dos presuntas dirigencias estatales del partido: luchar por su vida en tribunales.
Como sucedió en la elección nacional, el morenismo aldeano no ha logrado realizar un proceso interno que le permita elegir a una dirigencia estatal legal y legítima responsable del proceso electoral. La subsistencia de dos supuestos dirigentes, representantes de grupos antagónicos, amenaza con dinamitar al partido y al organismo electoral.
El jueves pasado, acompañado de los líderes formales del Partido Verde y el Partido del Trabajo. El documento presentado está signado por las dirigencias nacionales de los tres partidos políticos.
Unas horas después de que Ramírez Zepeta -quien representa la corriente política del gobernador- presentó ante el OPLE la documentación para el registro de la coalición “Juntos Haremos Historia en Veracruz”, la disidencia oficial encabezada por Gonzalo Vicencio desconoció tal acuerdo y amenazó con ir a tribunales, afirmando que no permitirá acuerdos en lo oscurito. Tal vez nadie le informó que ahí venía plasmada la firma del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.
Frente a la nueva embestida de Gonzalo Vicencio, el OPLE deberá demostrar que actuó conforme a derecho y sin conceder privilegio alguno a quien no ejerce las funciones de presidente estatal, uno de los requisitos para el registro de la alianza. En el extremo, aunque la coalición cuenta con todas las condiciones para su registro –lo que se podría hacer oficial en la sesión del próximo sábado-, el Tribunal Electoral e instancias subsecuentes tendrán que determinar su validez en función de quien lo presentó, e incluso, podría emitir sanción al OPLE por haberlo recibido de quien no estaría acreditado para ello.
Por lo pronto, lo que sí se echará abajo es la convocatoria emitida por Morena para la elección de diputados locales e integrantes de los Ayuntamiento. La crisis interna y la improvisación provocaron que los periodos de su proceso interno vayan más allá de los establecidos por la ley electoral, lo que anulará de inmediato tal convocatoria.
El canibalismo está en el ADN de Morena. Ni el Presidente López Obrador –quien en efecto ha tomado distancia del partido-, ni la dirigencia nacional, ni los órganos electorales y tribunales, y menos aún, el gobernador del estado y los grupos políticos locales han podido poner orden en un partido que subsiste a la sombra del lopezobradorismo. Sin el Presidente, Morena no sería más que una anécdota en la historia política del país y del estado.
Como aquí mismo se ha dicho: los únicos que pueden vender a Morena es Morena. Y lo están haciendo magistralmente, aun a costa de las instituciones electorales.
Las del estribo…
- La vacunación en México comenzó el 24 de diciembre de 2020 y desde entonces, hasta la tarde del viernes 662 mil 217 personas ya fueron vacunadas. Tan sólo el sábado, en Reino Unido fueron vacunados casi 600 mil personas; hasta hoy se han vacunado contra el Covid-19 a casi 9 millones de ciudadanos británicos. México tardará ocho años y nueve meses en vacunar a sus 126 millones de habitantes. Esa es la realidad.
- Tal la desesperación del gobierno mexicano por el desabasto de vacunas que pretende obligar a la Cofepris a autorizar en “fast track” la vacuna rusa SputnikV, un proceso que normalmente lleva al menos dos semanas. Si la vacuna tiene una efectividad del 91% como dicen los expertos, ¿cuál es la prisa de poner en riesgo a millones de adultos mayores?