La Auditoría Superior de la Federación hasta ahora ha sido considerada una institución confiable en sus resultados y ha ganado su reputación a pulso como órgano autónomo digno de todo crédito. Pero esa reputación está en entredicho por el asunto de las cifras reportadas sobre el costo final de la cancelación de las obras del aeropuerto de Texcoco, refutadas por el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, quien las califica como “errores básicos”, atribuyéndoles “error metodológico”, pues “contabilizó bonos ya pagados. Restando esos gastos, el costo resulta 75% menor a lo reportado, 253 mil millones”, nada menos. La ASF, dijo Herrera, cometió errores de “criterios contables básicos”, que por cierto al anterior responsable de esa institución, Manuel Portal, parecen “inadmisibles”. Herrera dejó el estoque: Hubo errores de “preparación básica”, o, “mala fe”. David Colmenares, titular de la ASF, habló de revisar las cuentas y se le vino el mundo encima, Herrera en primer lugar, lo cierto es la abolladura a la ASF como un órgano de autonomía ahora degradada. Signo de los tiempos.