Con suma frecuencia en este espacio repetimos: “nada nuevo bajo el sol”, para enfatizar que, al margen de los adelantos científicos y tecnológicos de la actual civilización, las revoluciones políticas y culturales acaecidas en el decurso de las sociedades humanas, poco ha variado la condición humana. Y es menester respaldar ese aserto: Heródoto (484-425 AC), hace referencia a la momificación de cadáveres en el Egipto de su tiempo: “…a las mujeres de los nobles no las entregan para embalsamar inmediatamente que mueren, y lo mismo a las mujeres muy hermosas y principales, sino las entregan a los embalsamadores tres o cuatro días después. Hacen esto para que los embalsamadores no se unan a las mujeres. Cuentan, en efecto, que se sorprendió a uno mientras se unía a una mujer muerta, y que un compañero de oficio le había delatado”. ¿Algo nuevo bajo el sol?