Agencias/Sociedad 3.0
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, parece estar preparándose para lanzar una invasión de Ucrania, con más de 100 mil soldados posicionados en sus fronteras. Estados Unidos cree que ocurrirá, y su presidente, Joe Biden, ha advertido a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, que el ataque podría producirse en febrero.
Pero Moscú niega que se esté alistando para entrar al país vecino y las intenciones de Putin siguen siendo un misterio.
Rusia, que busca el compromiso de la OTAN de que no se expandirá para incluir a Ucrania, tiene opciones que no llegarían a una invasión total y otras vías para arremeter contra Washington y sus aliados. Todas ellas conllevan distintos niveles de riesgo, para Rusia y para el mundo.
A MEDIO CAMINO DE UNA INVASIÓN TOTAL
En 2014, Rusia arrebató a Ucrania la península de Crimea, Ese mismo año empezó también a armar a los rebeldes en la región oriental conocida como Donbas, iniciando un conflicto de baja intensidad que se ha cobrado la vida de más de 14 mil personas desde entonces.
Muchos observadores creen que la reciente acumulación de tropas y fuerzas navales rusas es el próximo capítulo en su largo esfuerzo para asaltar Ucrania, aprovechando tal vez de que Estados Unidos y sus aliados en Europa están distraídos por la pandemia del coronavirus y otros asuntos.
Los posibles escenarios incluyen ofrecer respaldo adicional a los rebeldes, que ya cuentan con el apoyo del Kremlin, o lanzar una invasión limitada, suficiente para desestabilizar a Zelenskyy y colocar a un mandatario afín al Kremlin.
No llegar a una invasión a gran escala daría a Rusia más tiempo para desplazar más efectivos a la zona y poner a prueba el compromiso de Estados Unidos y sus aliados con las severas sanciones prometidas por Biden, afirmó el teniente general retirado Ben Hodges, excomandante de las fuerzas estadounidenses en Europa.
“Va a seguir haciendo lo que está haciendo ahora, seguir aplicando máxima presión sobre Ucrania y tratar de desestabilizar al gobierno para alarmar a la población», manifestó. “Hay una gran capacidad para hacer más si se presenta la oportunidad».
Esto podría acabar en sanciones que podrían perjudicar a la economía rusa y a Putin a nivel nacional.
Pero también existe el riesgo de que una acción limitada no sea suficiente para lograr el objetivo del mandatario ruso de socavar la seguridad europea haciendo retroceder, o al menos suspender, la expansión de la OTAN.
GUERRA ECONÓMICA
Rusia es uno de los principales actores del sector energético mundial: es el tercer mayor productor de petróleo del mundo después de Estados Unidos y Arabia Saudí, y la fuente de casi el 40% del gas natural que se usa en Europa. Además, es un importante exportador de trigo, especialmente a países en desarrollo. C
ualquier medida para cortar el flujo de energía podría ser doloroso para Europa en un invierno con los precios del gas y el petróleo ya altos. Del mismo modo, el alza de los precios de los alimentos es un problema global.
Putin tiene cierta influencia económica, pero no hay indicios de que vaya a utilizarla y acabe perjudicando a su país en el largo plazo, apuntó Edward Fishman, un exfuncionario del Departamento de Estado que ahora forma parte del Centro Eurasia del Consejo Atlántico. Cualquier intento ruso de cortar el suministro de gas llevaría a las naciones europeas a buscar fuentes alternativas en el futuro.
“Es un arma que solo puedes utilizar una vez», explicó. “Si lo haces una vez, pierdes esa ventaja para siempre». El gobierno de Biden está trabajando ya con Qatar y con otros proveedores para reemplazar el gas ruso si fuese necesario.
CIBERATAQUES
No hay duda de que Rusia tiene capacidad para perpetrar cibertaques importantes en Ucrania y en todo el mundo, y es casi seguro que los incluiría en cualquier operativo contra su vecino.
El 23 de enero, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense advirtió a las agencias de seguridad que Moscú podría considerar iniciar un ciberataque contra el país, incluyendo contra infraestructuras críticas, si percibiese que la repuesta a una hipotética invasión de Ucrania “amenaza su seguridad nacional en el largo plazo”.
Rusia es el presunto culpable del hackeo de 2015 contra la red eléctrica ucraniana. Los piratas informáticos cerraron temporalmente este mes varias webs del gobierno de Kiev, subrayando por qué la ciberseguridad sigue siendo una gran preocupación en el enfrentamiento con Moscú.
El riesgo para el mundo es que esa actividad hostil contra Ucrania pueda propagarse, como ocurrió con el ciberataque conocido como notPetya, con efectos devastadores, en 2017.
El contrapunto para Rusia es que Estados Unidos, entre otras naciones, tiene capacidad para responder, como ya avisó Biden a Putin en junio. “Él sabe que hay consecuencias», dijo el mandatario estadounidense.
EL FACTOR CHINO
China no está involucrada de forma directa en el enfrentamiento sobre Ucrania, pero sí juega un papel. Los observadores han advertido que Rusia podría responder al rechazo de Washington a sus demandas de seguridad reforzando sus lazos limitares con el gigante asiático. Moscú y Beijing han realizado maniobras militares conjuntas, incluyendo ejercicios navales y patrullas de bombarderos de largo alcance sobre el Mar de Japón y el Mar de China Oriental.
Las autoridades estadounidenses dijeron que no creen que Rusia lance una invasión mientras Xi Jinping preside la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing.
Putin tiene previsto viajar a la capital china para la ceremonia inaugural, mientras los líderes estadounidenses y europeos se ausentarán en protesta por los abusos de los derechos humanos.
Una teoría entre los observadores de Rusia es que China está siguiendo atentamente la respuesta de Washington y Europa sobre Ucrania para calibrar lo que podría pasar si actúa contra Taiwán.
UNA SOLUCIÓN DIPLOMÁTICA
Que el enfrentamiento actual termine en invasión no es una conclusión inevitable. Aunque el gobierno de Biden dijo que no cedería a las demandas de seguridad rusas, parece que todavía hay margen para la diplomacia.
El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, señaló el jueves que la respuesta estadounidense “da esperanzas para el inicio de una conversación seria sobre cuestiones secundarias”.
Francia, Alemania, Ucrania y Rusia han acordado sentarse a dialogar en dos semanas, una iniciativa que busca revivir el acuerdo de 2015 para aliviar el conflicto en el este de Ucrania. Algunos temen que esto complique los intentos de Washington y la OTAN de presentar un frente unido contra Rusia.
Una retirada podría ser buena para el mundo, pero podría tener un alto costo para Putin.