jueves, abril 25, 2024

Jorge Emilio, el nuevo dueño de Quintana Roo


Detrás de toda la operación política y electoral para perfilar un eventual triunfo de Morena en las próximas elecciones por la gubernatura de Quintana Roo, está la mano de Jorge Emilio González, quien en su alianza con Morena y con el presidente López Obrador y su 4T, logró meter como la próxima candidata de Morena a la alcaldesa de Benito Juárez, Mara Lezama, una política local cuya trayectoria y ascenso está completamente ligada al tutelaje político del llamado “Niño Verde”.

  El líder nacional del PVEM, quien hizo desde hace varios años de Cancún su lugar de residencia y su centro de operaciones y negocios millonarios al amparo de la política, tejió toda una red de acuerdos, contubernios y alianzas políticas y de intereses para impulsar a su pupila y tratará de volverla gobernadora, para contar con un segundo estado en manos de su partido, después del triunfo del cuestionado gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Carmona, a quien la UIF y la Fiscalía Anticorrupción denunciaron por el desvío de 700 millones de pesos como alcalde de Soledad de Graciano, además de presumir, en el texto de esas denuncias, de vínculos con organizaciones del crimen organizado.

  Jorge Emilio aprovechó muy bien la debilidad del gobernador Carlos Joaquín González y su ambigua militancia panista, para convencerlo de que no tenía un mejor candidato o candidata que la alcaldesa verde de Cancún, quien le garantizaría impunidad y cuidarle las espaldas al término de su mandato. Con el gobernador como aliado, el Niño Verde aprovechó su cercana relación con el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, a quién le cobró el “favor” que le hizo cuando, en los comicios de 2021, el PVEM no hizo alianza con Morena para la gubernatura de Campeche, a petición directa del dirigente priista que creía tener posibilidades de ganar su estado con su sobrino, Christian Castro, quien terminó en el tercer lugar de la elección.

  Pero González Martínez de cualquier modo cobró el “favor” y le exigió a su amigo Alito que, en reciprocidad, ahora el PRI no fuera en alianza con el PAN y el PRD, con lo que le dejaba prácticamente libre el camino a Mara Lezama; el líder priista cumplió y rompió, sin explicaciones, la alianza “Va por México” en Quintana Roo. Luego, para terminar de asegurarse de que su candidata no tuviera obstáculos, Jorge Emilio junto con el gobernador Carlos Joaquín se unieron para evitar a toda costa que el PAN y el PRD postularan al empresario y actor Roberto Palazuelos como su candidato a la gubernatura y, con una operación política (y algunos dicen que también económica) Marko Cortés aceptó postular a una panista de muy reciente cuño, Laura Fernández, quien también recibió el apoyo del PRD y, para mayores señas, también es una de las creaciones políticas del Niño Verde.

  Palazuelos, que por su popularidad y niveles de conocimiento, era un candidato con posibilidades —aunque también con intereses por sus incontables negocios en Tulum— terminó siendo postulado por Movimiento Ciudadano, donde Dante Delgado le abrió las puertas en busca de un crecimiento de su partido en el estado del sureste donde tienen poca presencia.

  Así, haciendo gala de las artes políticas (las malas y las peores) que aprendió en su carrera como mercenario de la política, Jorge Emilio González Martínez logró despejarle el camino para la próxima elección a su candidata Mara Lezama que va a ser postulada por Morena como parte de la pragmática alianza que tiene la 4T con el Partido Verde.

  Aunque aún falta lo que digan los quintanarroenses en las urnas el próximo 5 de junio, todo apunta a que el “Niño Verde” va a consolidar no sólo su lucrativo y redituable liderazgo en un partido que lo mismo ayudó a los priistas más corruptos y cuestionados, que al inepto gobierno de Vicente Fox y ahora ayuda a López Obrador, sino además consolidará su cacicazgo político y económico en Quintana Roo, donde Jorge Emilio González ha desplazado a los Coldwells, a los Borge, a los González Canto y a otros cacicazgos para dejar de ser solo el dueño de Cancún, controlar también al resto del estado y volverse el nuevo dueño político de Quintana Roo. Claro que en la lógica de Jorge Emilio, más poder, también significa más negocios y muchos más millones.

 NOTAS INDISCRETAS… Con el aval que le otorgó la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ajustarse a los recursos económicos de los que disponga y la convocatoria emitida el pasado viernes, el INE se alista ya para poner en marcha la organización de la Consulta Popular para la Revocación de Mandato que se realizará el próximo 10 de abril. Será una consulta con sólo 57 mil mesas receptoras de votos y 300 mil ciudadanos voluntarios que participarán como funcionarios en este ejercicio. La difusión de la campaña se hará con los tiempos oficiales de que dispone el INE y ningún partido político, ni siquiera Morena, que está tan interesado en promover la “ratificación” de López Obrador, podrá pagar anuncios ni promociones de la Consulta, so pena de ser multados por el propio INE. La publicidad del gobierno federal también tendrá que suspenderse hasta después del 10 de abril y, aunque es un hecho que las huestes morenistas y de la 4T buscarán descalificar al INE por lo reducido de las mesas y las campañas, luego de que el mismo Morena y el gobierno le negaron más recursos para la organización y difusión, será interesante ver cómo se conduce el presidente, sobre todo en sus mañaneras, y si no incurre en difusión de propaganda gubernamental en sus conferencias, lo que sería una violación de la ley de Revocación que él mismo ordenó aprobar a la mayoría morenista en el Congreso. Así que la Consulta de Revocación va, mochita y con pocos recursos, pero va… Los dados mandan Serpiente. La semana pinta complicada.

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