Agencias/Sociedad 3.0
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, arremetió contra el gobierno de los Estados Unidos y le advierte mantenerse al margen de sus asuntos internos respecto al uso del Bitcoin como moneda de curso legal.
El país centroamericano se convirtió en septiembre del 2021 en la primera del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal, desafiando la desaprobación del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ni las protestas ni las advertencias del FMI hicieron retroceder a Nayib Bukele en su apuesta por converir al bitcóin en la segunda moneda de curso legal en El Salvador.
La meta del Gobierno era replicar la experiencia de un pequeño pueblo llamado El Zonte (donde se empezó a usar ese criptoactivo para transacciones cotidianas) en un país de 6,5 millones de habitantes, con dificultades para el acceso a internet y escasa bancarización.
Sin embargo esta decisión no ha estado exenta de críticas, ahora un grupo de senadores estadounidenses presentó un proyecto de ley que busca «mitigar los riesgos» de la adopción de la criptodivisa como moneda de curso legal en El Salvador.
«No tienes ninguna jurisdicción sobre una nación soberana e independiente. No somos tu colonia, tu patio trasero o tu patio delantero. Manténganse al margen de nuestros asuntos internos. No intentes controlar algo que no puedes controlar», escribió Bukele a través de Twitter, donde se refirió a los legisladores norteamericanos como «boomers» término utilizado para referirse a la generación que nació inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
El mencionado proyecto de ley se dio a conocer este 16 de febrero y pide al Departamento de Estado de EE.UU. elaborar un informe sobre la gobernabilidad democrática en El Salvador, en particular acerca de la decisión de El Salvador de adoptar el bitcóin como moneda de curso legal, y un plan para mitigar los riesgos potenciales para el sistema financiero estadounidense.
Bukele asegurá que el uso del bitcóin contribuirá a ampliar la inclusión financiera de los salvadoreños y les permitirá esquivar las altas comisiones que deben pagarse para la recepción y envío de remesas, que constituyen cerca del 25 % del Producto Interno Bruto (PIB) de ese país.
Con información de RT