lunes, noviembre 4, 2024

Conflicto Rusia – Ucrania disparará precios de materias primas estratégicas

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La guerra de Ucrania amenaza con disparar los precios de las materias primas, desde las más básicas, como el trigo o el aceite de girasol, a otras más sofisticadas, como el paladio, clave para un sector ya en dificultades como es la industria automovilística.

Analistas consultados por la agencia Efe coinciden en que, a pesar de que uno de los principales problemas del Viejo Continente es su dependencia energética de Rusia, especialmente en Bosnia, Moldavia, Finlandia o Letonia, la incertidumbre también pasará factura a elementos tan cotidianos como tecnología y la alimentación.

La economista jefe de Singular Bank, Alicia Coronil, opina que el ambiente geopolítico influye en el avance de los precios de metales como paladio, aluminio o níquel, dada la importancia de Rusia en su producción y exportación.

A esta circunstancia apunta un reciente informe del Instituto de Comercio Exterior de España (ICEX), que advierte de que los minerales son entre el 60 y el 70 por ciento de las exportaciones rusas.

La Federación Rusa cuenta con una de las bases de recursos minerales más grandes del mundo: una sexta parte de las reservas de hierro está en Kursk, cerca de la frontera con Ucrania.

También destaca la bauxita, de la que se obtiene el aluminio; el cadmio, pigmento de pinturas; el boro, semiconductor utilizado en reactores nucleares y en la producción de hidrógeno; y el cobalto, frecuente en aeronáutica.

Junto a ellos, el wolframio, fundamental en medicina por su aplicación a los rayos X; y el manganeso, común en suplementos vitamínicos, fertilizantes, latas y componente de la gasolina.

En la lista aparecen, los diamantes, donde Rusia es líder mundial en producción y reservas, metales de gran popularidad como el oro, consolidado como refugio de los inversores en tiempos de incertidumbre como estos.

Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), Rusia es el tercer productor mundial de oro, cuyos principales destinos son Reino Unido, Kazajistán y Suiza.

No obstante, los expertos han puesto el foco estos días en el platino y paladio, de los que Rusia es el segundo mayor productor, y exporta a Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania y Suiza.

La onza de paladio ha superado la cotización del oro, y en la última sesión sus futuros rondaron los 2 mil 800 dólares, aproximándose a los máximos del pasado 4 de mayo (3 mil dólares/onza), cuando se disparó por la falta de suministro.

El paladio es un elemento con múltiples aplicaciones, desde joyería a fotografía, pasando por coronas dentales y técnicas “in vitro”.

Su uso más conocido se da en la industria automovilística, como catalizador de los sistemas de tratamiento de los gases de los vehículos con motor de combustión interna para reducir las emisiones tóxicas.

Los expertos inciden en su escasez y en que la Unión Europea depende en un 40 por ciento de las importaciones desde Rusia.

El 56 por ciento del territorio de Ucrania, el “granero de Europa”, es tierra de cultivo de buena calidad.

Sólo en trigo, Ucrania y Rusia representan el 14 por ciento de la producción mundial (primer y quinto lugar, respectivamente), y casi el 30 por ciento de las exportaciones, según la Universidad de Illinois.

Los futuros de este cereal con entrega en mayo, que se negocian en Chicago, están en máximos de 14 años por temor a un posible desabastecimiento.

Si la cosecha se ve dificultada en Ucrania, o si se bloquean las exportaciones, a los importadores, entre ellos China, que depende de su maíz, les resultará difícil reemplazar los suministros, prevé el experto en inversiones de Mirabaud Equity Research, John Plassard.

El país también posee recursos imprescindibles para la industria. Plassard, avisa: el sector de los semiconductores, lastimado aún por los cuellos de botella en China y por un fuerte aumento de la demanda, podría sufrir más si se cortan las exportaciones de neón.

Ucrania produce alrededor del 70 por ciento de las exportaciones mundiales de este gas, y el 90 por ciento del que se utiliza para los semiconductores estadounidenses.

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