Por Ángel Álvaro Peña
La problemática política de México inició desde finales del sexenio pasado, cuando el entonces presidente de la República, Enrique Peña Nieto, rompió la amistad con los Claudios, padre e hijo, y éste se lanzó a Nueva York a pedir espacios en The New York Times, en esos días el empresario dirigía la Fundación Mexicano Contra la Corrupción y la Impunidad, y el encargado de Comunicación Social del organismo, Darío Ramírez, ya le había allanado el camino a su jefe con uno de sus redactores.
El 30 de agosto de 1917, una nota firmada en The New York Times, por Azam Ahmed, amigo del coordinador de Comunicación Social de Mexicanos Contra la Corrupción que encabezaba así: “Un activista lucha contra la corrupción en México y se convierte en un blanco del gobierno”. Fue el inicio de una serie de quejas llevadas al vecino país del norte por un grupo de inconformes que tenían un común denominador: cuidar sus intereses sobre todas las cosas incluso sobre la ley.
A Claudio X. González, actual patrocinador de la alianza opositora, Va por México, le había funcionado muy bien la manipulación de la información desde 2006, cuando a fuerza de dinero contribuyó al desafuero de 2005.
Hace unos días Mexicanos Contra la Corrupción aseguró que no buscan ni tienen fines político-electorales, luego de que The New York Times en la que se mencionaba un encuentro entre el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, y la presidenta de dicha organización, María Amparo Casar, en busca de apoyo debido a los ataques a la ONG por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien también criticó al gobierno de EU por el financiamiento a MCCI.
La intentona se ha vuelto ley y en algunos grupos encontraron en oficinas de Estados Unidos una especie de Oficialía de partes para quejarse de la política del actual régimen. A pesar de que nunca les funcionó como esperaban, ahora todos acuden a acusar a la actual administración pública de no ser legal.
En 2021, Marko Cortés, líder nacional el PAN se reunió con observadores de la Organización de los Estados Americanos, a quienes advirtió que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador “atosiga, amenaza y persigue a actores políticos, además de que presiona a los órganos electorales”. Además, les pidió vigilar la intromisión del presidente, Andrés Manuel López Obrador, en el proceso electoral que culminaba el 6 de junio.
Integrantes de la oposición siguieron visitando la OEA, luego de que su presidente, Luis Almagro, haya mostrado su postura conservadora respecto a la democracia luego de apoyar el golpe de Estado en Bolivia, donde Derrocaron por la fuerza a Evo Morales. Desde entonces esa oficina en Nueva York, se convirtió en una especie de vacaciones de denuncia de sectores de mexicanos inconformes.
Ahora, ante la buena relación que muestra el embajador de Estados Unidos en México, con el Presidente de la República la embajada se convirtió en una especie de muro de los lamentos donde algunos miembros de la oposición van a quejarse del Jefe del Ejecutivo.
Y es precisamente en la prensa del vecino país del norte donde aparecen las notas más sorpresivas de nuestra política, como es el hecho de que el 5 de julio apareciera en The New York Times la noticia de que el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, fue a la casa de Ken Salazar, para responsabilizar a López Obrador de “montar un ataque a gran escala contra la autoridad electoral sembrando dudas sobre uno de los pilares de la democracia del país”.
Lo sorprendente es cómo un árbitro electoral puede tomar una postura tan definida en medio de constantes elecciones, debiendo limitarse a su trabajo. Pero sucede, el amor al protagonismo es superior al que pueden tener por la democracia.
El texto en el diario estadounidense señala: “Pero, en vez de expresar alarma, el más alto diplomático de Estados Unidos en México adoptó una de las líneas de ataque más frecuentes del Presidente, al considerar la posibilidad de que al líder mexicano le habían robado las elecciones presidenciales de 2006”.
Cabe recordar que en 2006 trabajaba en la Facultad de Derecho, de la UNAM, como docente y director de la revista de la institución.
La posición del embajador llamó la atención de la Casa Blanca. El texto del artículo del periódico señala que “la disposición de este Embajador para cuestionar la legitimidad de las elecciones es sólo el más reciente ejemplo de un patrón que varios funcionarios estadounidenses califican de preocupante, un patrón en el que el principal diplomático de Estados Unidos en México a veces parece contradecir las políticas de su propio Gobierno por alinearse con el Presidente López Obrador”.
Ante la serie de acusaciones contra Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, el acusado quiere demostrar que es un perseguido político y para convencer primero quiso quedar bien con los conservadores y fabricantes de armas de Estados Unidos, como se hacía antes, al tratar de enviar una iniciativa de ley donde se permitiera a las familias mexicanas estar armadas.
Luego inició un largo viaje con escala en España, para convencer al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez Casterjón, de que hay persecución política en su contra. Después con el líder de la Internacional Socialista, Luis Ayala, le dijo: “Porque hoy los gobiernos populistas están politizando la justicia y están judicializando la política, y tenemos que estar muy atentos a que eso no ocurra e impulsar la competencia”.
El líder nacional del PRI asegura que no huyó del país, está trabajando y señala que enfrentará los cargos de los que se dice inocente.
Las quejas en el extranjero sobre México parece que no se detendrán, la alianza opositora, que encabeza Claudio X. González, se muestra desamparada en el interior de México porque ni siquiera ha sido capaz de mostrar a un posible candidato a la Presidencia de la República, mientras que el resto de los partidos tienen, por lo menos, tres cartas fuertes y puede que surjan otras.
La costumbre de ver en lo extranjero algo superior a México, ahora denota una dependencia genética que parecieran hijos de la Malinche.
PEGA Y CORRE
La inflación invade el mundo y México no es la excepción, el incremento general de precios al consumidor en México aceleró el problema, al subir a 7.99 por ciento interanual desde 7.65 interanual en mayo, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.