Agencias/Sociedad 3.0
El rapero ASAP Rocky se declaró inocente frente a los dos cargos de agresión por los que fue acusado, tras haber disparado presuntamente al productor musical ASAP Relli.
Los hechos se suscitaron en el otoño del año pasado, el rapero de 33 años, cuyo verdadero nombre es Rakim Mayers estuvo involucrada en un asalto durante un tiroteo en Hollywood, en el que el músico portaba un arma de fuego semiautomática.
Al utilizar su arma, rozó al productor musical ASAP Relli, examigo del músico, quien ha asegurado que, si bien, no fue alcanzado por la bala, se enfrenta a múltiples secuelas psicológicas que le cambiaron drásticamente la vida; así como una herida en la mano.
De acuerdo con Relli, cuyo nombre real es Terell Ephron, Rocky le apuntó con el arma y luego comenzó a disparar. “El acusado (Rakim Mayers) a propósito o con desprecio imprudente, blandió ilegalmente un arma de fuego hacia el demandante (Ephron)”, indica la demanda por la cual, el afectado solicita una indemnización de 25 mil dólares.
Tras el enfrentamiento, ASAP Rocky fue detenido mientras bajaba de un jet privado, cuando llegaba de Bárbados en compañía de Rihanna, en abril de este año. Si bien, el rapero sí fue arrestado, poco después fue puesto en libertad, gracias a que pagó una fianza de medio millón de dólares.
De acuerdo con el portal «TMZ», por la tarde el cantante se presentó en el juzgado penal de Los Ángeles, donde se llevó la lectura de cargos por los que es acusado; el artista iba acompañado de su abogada Sara Caplan.
Luego de que se llevara a cabo el proceso, se dictaminó que la audiencia preliminar tendrá lugar el próximo 2 de noviembre.
Relli se ha pronunciado, con respecto a que Rocky se encuentra enfrentado a la ley, e indicó que se encontraba dichoso de que el sistema de justicia actúe de forma correcta pues según Ephron, el músico de 33 años cuenta con mucho poder dentro de Hollywood, por lo que hubo un momento en que temió que no creyeran su versión de los hechos.
A este respecto, el fiscal de distrito George Gascon expuso que “disparar un arma en un lugar público es un delito grave que podría haber terminado con consecuencias trágicas no sólo para la persona atacada sino también para los transeúntes inocentes que visitan Hollywood”.