Por Ángel Álvaro Peña
Las sentencias del Tribunal Electoral tienen la particularidad de pensar sólo en el presente como si el día de mañana fueran las elecciones. Sus tiempos no son los de la mayoría de los mexicanos sino los que ellos necesitan para castigar y restringir a sus contrincantes.
De esta manera, señalan actos anticipados de campaña de Morena, pero un delito se comete contra algo o alguien, de tal suerte que si hubiera candidato en la oposición se estaría afectando a ese candidato con las apariciones de Claudia, Marcelo o Adán, pero no hay afectado, menos aún daño alguno.
Las elecciones de 2024 anuncian características de una guerra sin precedente y sin cuartel. Un ejemplo es el hecho de que la Sala Superior del Tribunal Electoral determinó que la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrard vulneraron los principios de equidad e imparcialidad en la contienda al asistir a actos de campaña del pasado proceso electoral.
No es la primera vez en la historia del país que un funcionario público apoya a un candidato en fin de semana para darle impulso hacia el triunfo electoral; sin embargo, el tribunal señala que el canciller Marcelo Ebrard asistió el 15 de mayo a un evento proselitista con el entonces candidato a la gubernatura de Tamaulipas, Américo Villarreal.
La resolución con ambigüedades e imprecisiones pareciera anunciar la subjetividad que utilizará en un futuro dicha instancia electoral al acudir, desde ahora, al artículo 456 de la ley Electoral, que señala: «Se propone la existencia de la transgresión al principio de imparcialidad y equidad en la contienda por parte de Marcelo Ebrard, porque de acuerdo a su participación y por la naturaleza del cargo público que ostenta, se advierte que pudo generar una presión indebida e influencia hacia el electorado, con independencia de que el evento fuera en día inhábil».
En el caso de Claudia Sheinbaum, se determinó que también vulneró los principios de equidad e imparcialidad en la contienda al acudir a un evento con la entonces candidata a la gubernatura de Quintana Roo, Mara Lezama.
Por otra parte, el Tribunal Electoral del Poder Judicial anunció que está abierta una investigación contra Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard por actos anticipados de campaña, por una queja presentada por el PRI.
Aquí el problema no es el diseño y características de la ley que define el acto anticipado de campaña sino el hecho de que se adjudique esta norma a las actividades de dos funcionarios públicos que tienen que hacer su trabajo en el presente, haya o no medios de información de por medio. Haya o no candidatura para ellos en el futuro.
El Artículo 456 de la Ley Electoral establece sanciones a servidores públicos y candidatos por actos anticipados de campaña. Entre ellos están la suspensión o cancelación del registro al partido político durante, al menos, seis meses. Además de una multa y perder el derecho a ser registrado como candidato o la cancelación en caso de ya haberlo hecho.
Ante este panorama el INE, ha hecho varios llamados a los integrantes de Morena para evitar actos anticipados de campaña tanto en eventos públicos como en redes sociales. Pero nadie puede asegurar que cualquiera de ellos sea candidato a la Presidencia de la República, el Tribunal y el INE actúan sobre un supuesto y así no pueden aplicarse las leyes en ningún país del mundo. Castigan un delito que todavía no se comete.
Los mexicanos esperan con cierta expectativa la aparición del candidato de la oposición para la Presidencia de la República, porque si surge públicamente en el momento de que las campañas inicien, nadie votará por él porque no lo conoce. podrá conocerlo como militante, funcionario, legislador, pero no como prospecto a ocupar el cargo político más importante del país.
Morena tiene todavía la sombra lopezobradorista que le cobija en la función pública y lo impulsa a ganar elecciones. El Presidente no estará en la boleta de 2024, pero su sombra todavía no desaparecerá de la política mexicana en ese año. Tal vez en las siguientes elecciones ya no sea factor de arrastre electoral. Es entonces cuando la oposición tendría que contar con candidatos fuertes para justificar su existencia y fortalecer la democracia.
De ahí que la oposición tendrá la necesidad de exhibirlo, placearlo, mostrarlo a los cuatro vientos, en un acto anticipado de campaña claro. Porque en ese momento sí tendrá un contrincante a quien afectar y violentará, con su simple exposición pública, los tiempos electorales.
Lo cierto es que las decisiones del Tribunal Electoral no hacen otra cosa que colocar en una situación vulnerable a la oposición que tendrá que verse afectada por las leyes a la hora de tener precandidatos o candidatos, porque entonces el Tribunal Electoral y el INE, deberán actuar con el mismo rasero y ahí es donde su autoridad se verá desgastada como nunca antes.
Desde luego que los consejeros electorales de hoy no serían los mismos que el próximo año; sin embargo, tienen en la congruencia un testimonio de su parcialidad a la vista de todos.
Estos fallos del tribunal, acompañados por los señalamientos del INE no hacen otra cosa que mostrar que la equidad no les caracteriza y pierde fuerza a menos que una reforma electoral les regrese la autoridad que les hizo perder Lorenzo Córdova y Ciro Murayama que ya van de salida.
Mientras tanto, la oposición se fuerza por colocar nombres en lo que podría ser también un acto anticipado de campaña, pero ante los ojos de la sociedad mexicano de todos no se hace uno. Ahí podemos ver a personajes como Enrique de la Madrid, Ricardo Anaya, Gabriel Quadri, Ricardo Monreal, Lily Téllez, Mauricio Vila, Santiago Creel y recientemente Beatriz Paredes.
De alguna u otra manera son candidatos reciclados que no invitan a pensar en el futuro de México sino en su pasado.
PEGA Y CORRE
La amenaza de sanciones de parte de Estados Unidos por supuestas alteración al T-MEC, parece que unen a empresarios con el gobierno federal para hacer un frente común ante tal agresión, así los empresarios se ponen la camiseta del nacionalismo.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes