Alcaldía, sindicatura o regiduría

En la escala de los valores políticos, en el nivel municipal lleva primacía, obviamente, la alcaldía, por orden de importancia le sigue la sindicatura y en menor escala las regidurías. Si algún ciudadano se preguntara por el servicio público que presta una regiduría a la población la respuesta sería afirmativa, por cuanto a su instalación en el esquema orgánico del ayuntamiento y las funciones que se le atribuyen, aunque, en contraste, en nuestra realidad...
miércoles, marzo 26, 2025
Xalapa
algo de nubes
14.1 ° C
14.1 °
14.1 °
90 %
1.4kmh
23 %
Mié
23 °
Jue
23 °
Vie
26 °
Sáb
28 °
Dom
29 °

El fraude más grande en la historia de México

La "elección" de jueces, magistrados y ministros de los poderes judiciales federal y local promete ser la estafa más grotesca en la historia de México. Sin reglas claras, con absoluta opacidad, el proceso no ofrecerá resultados preliminares ni contará con un sistema de conteo rápido. Toda vez que los partidos políticos tienen prohibida por ley su participación en este engaño colectivo, las boletas y las urnas estarán bajo la custodia exclusiva de las autoridades electorales que han demostrado sistemáticamente su sumisión total al proyecto político del Presidente López Obrador...

Orfis Vs Comisión de Vigilancia: cuando «los patos le tiran a las escopetas…».

Lo último

Es muy conocido en nuestro país el refrán “los patos le tiran a las escopetas”, es un apotegma usado para cuando al parecer se invierten los términos de una rutina establecida de acorde a los cánones convencionalmente establecidos. Por asociación de ideas, el diferendo entre la Comisión de Vigilancia del Congreso local y la titular del Orfis permite evocar este proverbio, pues normativamente el ente fiscalizador debe rendir informe de sus acciones al Congreso legislativo del cual es su brazo fiscalizador para mantener bajo observación la aplicación del recurso público a cargo de los entes fiscalizables. No obstante, el diferendo de referencia es explicable si atendemos a los antecedentes históricos de estas instituciones, en cuyo origen está el prurito de adecentar en la administración estatal el uso del dinero público; el quid del asunto reside en que durante su desempeño han sido permeadas por profundos mantos de corrupción en pasados ejercicios, con esto no se afirma o descubre nada nuevo porque es un secreto a voces, debido a que en ese universo figuran 2012 municipios y la amplia estructura administrativa estatal. ¿Cuántos ex alcaldes, o ex tesoreros pudieran certificar que acudieron a la Comisión de Vigilancia del Congreso o al Orfis para resolver sus “travesuras” habidas en el manejo del dinero fiscal? No pocos resultaron “ordeñados” o “rasurados”, a cambio de cuentas públicas libres de observaciones imposibles de solventar, recibiendo solo las de matiz administrativo, solo pecatta minuta comparada con lo desviado hacia cuentas personales. Con esos antecedentes se antoja obvio el motivo de la mutua desconfianza que actualmente sostienen el órgano fiscalizador y la Comisión de Vigilancia, contexto que pudiera ser saludable porque si ambas se vigilan en recíproca sintonía es probable que ocurra una sensible disminución de corruptelas, sin duda sería saludable. Todo lo cual no obsta para inferir una distorsión en la estructura institucional, como este caso en comento, porque el Orfis (al igual que la Auditoria superior de la Federación debe rendir informes a la Cámara Federal de diputados), debe informar al Congreso estatal a través de la Comisión de Vigilancia. Pero así pasa cuando sucede.

Relacionados

Los que saben