miércoles, diciembre 18, 2024

Las enfrijoladas de la reina del cash

Imagino al ChikiliQuadri y a Manolito Clouthier vestidos de la Niña, la Pinta y la Santa María para que puedan alegar que la Conquista fue como una película de Pili y Mili y de Marisol Sol Sol, donde Hernán Cortés & friends humanitariamente le arrancaron el exótico salvajismo y el exotismo a los infieles.

Esto me hizo evocar lo mucho que me conmovió que la laureada autora del momento, Elena Chávez, anuncie urbi et orbi que ante el éxito obtenido por El Señor del Cash que ha hecho palidecer a Julio Scherer, “Voy por el segundo libro con nuevas revelaciones, pero ya con pruebas que en momento se van a presentar”. O sea que en nombre del suspense, decidió guardarse para mejor momento las pruebas que avalarían sus denuncias.

Es como si Carl Bernstein y Bob Woodward, los legendarios periodistas que destaparon el caso Watergate, hubieran anunciado que hasta la segunda parte del reportaje que tumbaría a Richard Nixon, publicarían las revelaciones de Garganta profunda; o que Julian Assange hubiera esperado a tomar un curso de periodismo con Loret y con Peniley antes de soltar todo el hackeo nada guacamayesco de los wikileaks.

Supongo que en el segundo volumen veremos fotos, videos, documentos sobre cómo López Obrador esconde en la leonera que tenía mi licenciado Peña en Palacio Nacional, con los cuales se han financiado los millones y millones de tamales de chipilín con los que se compró el alma de los mexicanos. Ahí sabremos que AMLO es el verdadero líder del Cartel Inmobiliario kukluxpanista, el que presentó a García Luna con Calderón, el que oculta a Cabeza de Buey en su rancho La Chingada… aunque lo más interesante sería la receta de las enfrijoladas de Elena Chávez, a través de las cuales conseguía los grandes secretos que le ofrecían los cubanos y venezolanos que cargaban esos costales de billetes que trae Ivan Drago desde algún gulag de la embajada rusa.

Ojalá que para el nuevo libro (que es muy probable que incluya testimonios desinteresados de Kinky Téllez, la dotora Dresser y Pedrito Sola, además de otro prólogo laudatorio de Anabel Hernández en su versión más antiKapuscinski) se incluyan unos whats como los de Layda Sansores sobre Adela Micha y Alito donde parecen los de Pimpinela (¿PRImpinela?). Ese Alito que cree que todavía existe Va por México y es que nadie le ha dicho que su ex jefe, Claudio XXX, ya tiene otro engendro llamado Unido… de víboras, como dice mi queridísimo Horacio Franco.

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