miércoles, mayo 15, 2024

Los gritos de la guacamaya

La reunión de gabinetes de seguridad entre México y Estados Unidos, que se llevará a cabo hoy en Washington, enfrentará al más débil gobierno mexicano, y con la mayor vulnerabilidad política ante sus contrapartes, al realizarse en un contexto de humillación para el Ejército y las fuerzas federales por la sumisión, por omisión, ante los cárteles de la droga. El hipertexto lo proveen los correos de la Secretaría de la Defensa hackeados por el grupo que se autollama Guacamaya.

Son millones de mensajes extraídos de sus sistemas de seguridad, pero unos cuantos encontrados al azar en un inmenso volumen de 36 mil documentos, que son la primera puerta que abrió Guacamaya mientras se terminan de descargar los seis terabytes que ha proporcionado selectivamente, abrieron una ventana a la información sobre el crimen organizado.

El Ejército tiene el mapeo preciso de todos los cárteles de la droga, las bandas criminales que están asociadas a estas grandes organizaciones, las redes de protección institucional que incluye protección de gobernadores, la compra de alcaldes, diputados y regidores, sus sistemas de inteligencia para saber los pasos y planes de grupos de interés y sociales. Su inteligencia humana y tecnológica es vasta y sistemática.

Sin embargo, la violencia continúa creciendo en el país y los cárteles de la droga siguen ampliando sus territorios en lucha permanente por conquistar más. Es el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es donde se ha registrado el mayor número de muertes en tiempos de paz, aunque se vive una especie de guerra civil entre criminales, donde el Estado mexicano es, básicamente, testigo pasivo. Sólo de manera fortuita o extrema se han involucrado las fuerzas federales en una lucha donde, por instrucciones presidenciales, deben ser observadores y estar a la expectativa, pese a disponer de toda la información necesaria para impedirlo.

La reunión de gabinetes de seguridad entre México y Estados Unidos, que se llevará a cabo hoy en Washington, enfrentará al más débil gobierno mexicano, y con la mayor vulnerabilidad política ante sus contrapartes, al realizarse en un contexto de humillación para el Ejército y las fuerzas federales por la sumisión, por omisión, ante los cárteles de la droga. El hipertexto lo proveen los correos de la Secretaría de la Defensa hackeados por el grupo que se autollama Guacamaya.

Son millones de mensajes extraídos de sus sistemas de seguridad, pero unos cuantos encontrados al azar en un inmenso volumen de 36 mil documentos, que son la primera puerta que abrió Guacamaya mientras se terminan de descargar los seis terabytes que ha proporcionado selectivamente, abrieron una ventana a la información sobre el crimen organizado.

El Ejército tiene el mapeo preciso de todos los cárteles de la droga, las bandas criminales que están asociadas a estas grandes organizaciones, las redes de protección institucional que incluye protección de gobernadores, la compra de alcaldes, diputados y regidores, sus sistemas de inteligencia para saber los pasos y planes de grupos de interés y sociales. Su inteligencia humana y tecnológica es vasta y sistemática.

Sin embargo, la violencia continúa creciendo en el país y los cárteles de la droga siguen ampliando sus territorios en lucha permanente por conquistar más. Es el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es donde se ha registrado el mayor número de muertes en tiempos de paz, aunque se vive una especie de guerra civil entre criminales, donde el Estado mexicano es, básicamente, testigo pasivo. Sólo de manera fortuita o extrema se han involucrado las fuerzas federales en una lucha donde, por instrucciones presidenciales, deben ser observadores y estar a la expectativa, pese a disponer de toda la información necesaria para impedirlo.

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