Con la renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía se desató un interesante fenómeno: aquellos que han sido pasantes de ingeniero, catadores de aeropuertos, maestros en el arte de la virología sin atributos, magos de la arquitectura y aprendices de todo y profesionales de casi nada, ahora resultaron analistas gestuales pero no Gestalt. La cosa era imitar a la señora Tijerina (en cada foto de López Obrador dice que es el Anticristo) y decir que son tan fuertes sus miradas, elegantes y estudiadas, que sin duda AMLO odia profundamente a Tatiana y viceversa, pues ella tiene la misma mirada desgobernada de Kinky Téllez y la onda conductual del ChikiliQuadri tuiteando que hay soldados en el aeropuerto, que ya empezó el golpe de Estado. Déjense ahí.
Incluso alegaron que cómo era posible que AMLO no la hubiera abrazado y, claro, si lo hubiera hecho los del sector opositors capaz lo habrían acusado de viejo cochino.
Así, con esas sobreinterpretaciones mafufas (a las que se sumó Aristegui Online), se podría decir que por su lenguaje gestual, Kinky Téllez ha superado a la niña de El exorcista y le urge un exorcismo; o que por la manera en que Cabeza de vaca (vaca, la misma vaca) se hace “la vístima” es un potencial #LordCuchillote; o que por echar espuma por la boca cada vez que habla de AMLO, es probable que Brozo, el Trujillo tenebroso, sea un lopezobradorista de closet.
Una manera artificial, burda y absurda de atribuirle a una situación cosas que sólo verías bajo los efectos de algún estupefaciente políticamente derechoso. Las cosas se perdieron de control cuando López-Dóriga analizó una fotografía de Tatiana en un aeropuerto donde está sola viendo su celular y casi decía que estaba triste, ojerosa, cansada y sin ilusiones, sola con su soledad. La respuesta fue fulminante, duro y a la cabeza.
Mejor analicen a Manolito Clouthier, el bróder incómodo, ese sí está para llevarlo a un congreso de psicología skinneriana en Viena.
La próxima vez que yo esté esperando un vuelo, voy a ponerme como Loret cuando los de Twitter le bajaron la cuenta a Guacamaya Hacks, por tóxica y nociva, para que vean lo que es deprimir a la depresión.
Estás como esos periodistos e intelecuáles que anuncian a los gritos que los están espiando como si tuvieran el de la receta secreta del coronel Sanders, citan inexistentes fuentes cercanas a Palacio y luego en vez de bombas informativas sacan a pasear su batea de babas.