viernes, abril 26, 2024

El voto particular de Monreal

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Ricardo Monreal es un político inteligente, con sólida formación académica, lo cual le permite destacar aún más porque “en un mundo de ciegos el tuerto es rey”. Este senador ha expresado públicamente la intención de ser candidato de su partido, MoReNa, a la presidencia de la república, condición muy difícil de conseguir porque no figura entre los preferidos del líder moral de esa organización política, tampoco goza de su confianza. Consciente de ese obstáculo calcula muy bien y juega con los apremios de la oposición política dejando en la posibilidad virtual su eventual candidatura por la Alianza; no obstante, deja pedazos de dignidad insistiéndole, sin éxito, al presidente López Obrador sobre su condición de factor político al interior de su partido. “Habilón” a la mexicana quizás espera una oferta seria, con todas las probabilidades de no ser cumplidas, de allí sus tiempos. Porque si da un paso en falso se atiene a la consecuencia de perder su posición de presidente de la JUCOPO en el senado, tras lo cual la ubicación política de que ahora goza menguaría sustancialmente con la consiguiente pérdida de punch político. Mientras, intenta sacar “raja” de su voto particular “en defensa de la constitución”, que en realidad no es para tanto porque en el mismo sentido votó otro senador de su bancada, Rafael Espino, sin aspavientos, que bien le valen reconocimientos; también en ese sentido votaron en sostenido consenso todos los senadores de la alianza Va Por México y de MC, o sea, análogamente en defensa de la constitución. O lo que es igual a que el famoso “voto particular” vale para una pura y dos con sal. Pero así se las gastan nuestros políticos que, como dicen en el llano, “quien no los conozca, que los compre”. Aunque, de cualquier manera debemos reconocer que, ante la falta de personajes de peso en la oposición, y para los propósitos de esta, Monreal sigue siendo un factor ambivalente: puede hacerle daño a MoReNa y correlativamente favorecer a los opositores. Son cosas de tiempos y circunstancias, sin duda.

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