Cuando uno creía que la encuesta que ponía a Colosio Jr. a la cabeza de los aspirantes presidenciales era un chiste de La Hora Pico (digo, el pobre chico tiene como máximos logros políticos sus conocidas fallas técnicas), la otra encuesta donde Kinky Téllez rebasa por la ultraderecha a Claudia Sheinbaum es de plano un delirante sketch de El PRIvilegio de mandar. Digo, por más que desde los sótanos del sector opositors soltaron a sus gremnlins en tachas por vagones y túneles del metro para dañar a la Jefa de Gobierno, colocar a la señora Téllez a un nivel que no le corresponde no solo le hace daño a ella (la pobrecita ya quiere ir a poner sus salas de tortura a Los Pinos) sino que construye una narrativa delirante como la de Claudio XXX soñando que bucea entre exenciones fiscales.
Una cosa es que la senadora amenace, señale y grite desde su curul del Twitter y que crea que eso la hace popular entre la tropa, y otra que esa actitud neuras y autoritaria lo que le genera es más bien urticaria entre los mexicanos. Digo, está muy difícil que alguien que no sea del Yunque, Vox o del Cartel Inmobiliario del PAN que son fans de la onda tiránica-cómica-fársica-heteropatriarcal, sienta empatía por una linda personita que en cada arrebato encarna a las villanas de Disney y a la niña de El Aro.
Digo, si la reina del lillytellazo azo azo -catapulta del gibranazo azo azo de Gibrán- quisiera ganar el cariño de la gente, en lugar gesticular como el subjefe Diego en éxtasis, tendría que imitar las caritas compungidas de Zuckerman y del expresichente Jelipillo. Se veían muy tiernos dándole una chaineada al poco prestigio de Calderón frente al juicio de su compi, García Luna Productions.
Veo que la enigmática sonrisa de don Genaro está a debate; en realidad es un homenaje a la enigmática sonrisa de la Barbie, su amigui. Es como cuando Jelipe se trepó a un avión caza no tanto por militarista sino porque quería ser como Luis Miguel en “La incondicional”.
También es posible que la irónica sonrisa de García Luna se deba a que Loret, protagonista de sus mejores telenovelas, no ha pasado a saludarlo. No se vale.
Más verosímil que esas encuestas que parecen tan arregladas como las peleas de Kahwagi, fue la manifestación súper espontánea de la versión fresa del Woke Negro para luchar en contra de la terrible militarización sin armas en el metro. Solo faltó que llevaran de acarreados a Madrazo, Woldenberg, la Gordillo y Creel.
Jairo Calixto Albarrán