El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, cumple el 1 de junio su cuarto año de gobernar el país con la llamada “guerra contra las pandillas” como insignia para buscar la reelección en los comicios de 2024 para un periodo de cinco años más, esto a pesar de los señalamientos de que viola la Constitución.
Estas son algunas de las claves que han marcado el cuarto año de Bukele, que probablemente influirán en su aspiración a la reelección:
Un cambio de criterio de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de septiembre de 2021 dio pie a que el mandatario, que llegó al poder con el partido de derecha Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), anunciara su intención de buscar la reelección en 2024.
Hasta antes de la decisión de los jueces constitucionalistas, que fueron elegidos en un proceso señalado de irregular en la Asamblea Legislativa de mayoría oficialista tras destituir a sus antecesores, un presidente debía esperar diez años para intentar buscar nuevamente la Presidencia.
La resolución señala que para buscar por un nuevo mandato, el presidente debe pedir licencia “seis meses antes del inicio del periodo presidencial”. Es decir, Bukele únicamente gobernaría los primeros seis meses de su quinto año y debería apartarse de la Presidencia en enero de 2024.
Diversos abogados, incluso la Facultad de Jurisprudencia de la estatal Universidad de El Salvador, han señalado que la reelección de Bukele supondría la violación de varios artículos de la Constitución, como el que señala que la persona que haya ejercido la Presidencia no podrá “continuar en sus funciones ni un día más”.
La elección presidencial se realizará el domingo 4 de febrero de 2024 y de ser necesario habrá una segunda vuelta el 3 de marzo.
El régimen de excepción y la violencia
Bukele tomó la Presidencia de El Salvador el 1 de junio de 2019, ese año el país cerró con una tasa de 38 homicidios por cada 100 mil habitantes y dio continuidad a la tendencia a la baja que venía desde 2016.
La reducción de las muertes violentas se vio acentuada con la llegada de Bukele al gobierno, que lo atribuyó por más de tres años a su plan secreto, “Control Territorial”, pero esta dinámica se rompió en marzo de 2022.
A finales de ese mes, una escalada de homicidios atribuida a las pandillas se cobró la vida de 87 personas en tres días y colocó el 26 de marzo como la jornada más violenta de la historia reciente del país, con 62 homicidios en 24 horas.
El día 27 de ese mes entró en vigencia un régimen de excepción aprobado por el Congreso a petición de Bukele y este se ha colocado como la medida más popular del mandatario.
La medida ha dejado más de 69 mil detenciones, que el gobierno de Bukele dice que son todos pandilleros, y que representan más del 1% del total de la población.
Según el gobierno, al cierre del 2022 el país tuvo una tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes de 7.8, pero un informe del Observatorio Universitario de Derechos Humanos (OUDH) de la Universidad Centroamericana (UCA) pone en duda su veracidad y señala que es superior.
Denuncias de torturas
Diversas organizaciones locales e internacionales recibieron durante los 14 meses de vigencia del régimen de excepción más de cinco mil denuncias de “víctimas directas” de violaciones a derechos humanos, principalmente por detenciones arbitrarias, en el contexto del régimen de excepción.
La organización Cristosal dio a conocer recientemente que son al menos 160 personas detenidas en este régimen que han fallecido bajo la custodia estatal, de lo que las autoridades no han informado ni se han pronunciado.
Portavoces de esta organización señalaron que identificaron patrones de muertes por tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes, con laceraciones, hematomas, heridas con objetos cortopunzantes o contundentes, estrangulación y ahorcamiento.
Economía y pobreza
Entre los temas pendientes para Bukele se encuentran la situación económica y la pobreza, dado que estos índices no han tenido mejoras significativas.
De acuerdo con la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples del Banco Central de Reserva (BCR), la pobreza se situó en el 26.6 % del total de las familias salvadoreñas en 2022, mientras que en 2021 fue de 24.6 %.
La pobreza extrema pasó de un 7.8 % en 2021 a 8.6 % en 2022, mientras que la pobreza relativa pasó de 16.8 % a 18.1 %.
Por su parte, la economía del país ha mantenido su ritmo a tasas similares de otras administraciones y no ha cumplido las expectativas del Ejecutivo de Bukele.
Según cifras del BCR, en 2022 la economía se expandió en un 2.6%, por debajo del 2.8% esperado.