jueves, mayo 9, 2024

De los suicidas…

Toda vez que mis tres amables lectores que me hacen el favor de leer esta ya vieja Columna que ha aparecido desde hace años en los medios de comunicación y que sobrevive gracias a que no vivo de escribir.  Diríase que es mi hobby; no me cuesta trabajo.  Y porque no escribo para nadie. Escribo para mí…

Es una forma de estudiar, aprender y asentar lo que pienso. Me la paso viajando por el mundo por esta maravilla que es la Internet, saludando a gente con la que platico…

Escucho sus vivencias y si la piden, les doy mi opinión que, ya cargada de años, me hace ir en contra de lo establecido en la política, en la religión y en la forma de gobernar y esencialmente, de vivir…

Pero no estoy amargado, ni tampoco desilusionado; me la paso bien conmigo mismo y con mis hermanos animales.  Como dijo Sir Winston Churchill (1854 – 1975) “Mientras más conozco a la gente, más quiero a mi perro…

Antes, como caballero andante quería comunicar a todos que no soy yo, que hay Leyes que no se pueden violar, como la Ley de la gravedad, si se avientan al vacío se estrellarán, no van a flotar ni a volar…

Pausa. Referente a lo que sucedió hace un par de días de una mujer que se arrojó desde lo alto de un conocido hotel; la gente que lo presenció escuchó que gritaba.  Lo que hace pensar que eso no fue un suicidio; o se resbaló o la empujaron.  Grita el que tiene miedo, terror.  Un suicida no grita.  Además, según los vídeos, cayó dando vueltas.  Regresemos…

Otra Ley que no se puede violar, es que todo se regresa. Lo positivo y lo negativo. De otra manera no podría haber equilibrio en El Universo. Y lo sucedido en Veracruz a la Juez Angélica Sánchez, de 57 años y décadas en el servicioes el más claro ejemplo de lo que está sucediendo con la Justicia en esta nuestra vilipendiada Patria; y el por qué las cosas no pueden cambiar…

Al haber otorgado un amparo para que una persona fuera puesta en libertad, pues la acusaban de un asesinato cometido en un Estado en el momento en que él estaba en otro Estado; la Juez fue detenida por policías en una patrulla que se le cerró el paso y, ¡sin orden de aprehensión! el 5 de junio, se la llevaron detenida…

Previo a ello, la Presidente de la Corte en Veracruz, Lizbeth Aurelia Jiménez –que dicen es media hermana del Gobernador- le llamó a la Juez para recriminarle el que no la hubiera puesto al tanto de lo que iba a hacer. Y le dijo que se atuviera a las consecuencias…

El caso es que la esposaron, como secuestro, le pusieron una capucha en la cabeza, la subieron a una patrulla, la llevaron de un lado a otro, la insultaron, la amenazaron, le tomaron huellas digitales, la obligaron a que firmara papeles en blanco, le “sembraron” armas y drogas, ¡¡la forzaron para que disparara un arma!! la torturaron y finalmente, a la Juez, la llevaron ante un juez, el 7 de junio…

El escándalo de Barras de Abogados, litigantes y compañeros del Poder Judicial que mostraron su solidaridad con la juez; señalando el abuso de autoridad al crearle un delito, fue lo que los obligó a ponerla en libertad; pero todavía sigue la investigación, dijo el Gobernador quien previamente la había señalado como cómplice al haber otorgado el amparo…

Y el por qué, las cosas no pueden cambiar, es porque no vivimos en un Estado de Derecho y porque para avanzar, es indispensable que haya una división de Poderes real.  Ni el Presidente, ni ningún Gobernador debe interferir en los asuntos judiciales, pero son los que ordenan…

El problema es, que quien se corrompe una vez, le cae una especie de maldición que lo obligará a seguirlo haciendo.  Y es una Ley.  Así como la gravedad no cesará hasta que se toque suelo; así la Ley del Equilibrio se cumplirá hasta que se devuelva o se pierda todo lo que no se obtuvo de manera legal; lo mal habido, para ser más claro…

Y si la Ley en México es ejercida de manera tan primitiva, qué esperanzas se pueden tener de que las cosas se compongan, si son capaces de tratar así a una persona inocente.  ¿Dónde está la seguridad de la gente, si eso son capaces de hacerle a una juez…

Sin omitir, que entre los torturadores había mujeres.  Y el relato de la Juez Angélica no habla muy bien de ellas.  Lo que hace recordar que “Las mujeres son mejores o son peores que los hombres; pero nunca iguales”. Como dijo Napoleón (1769 – 1821) solo piensen si Claudia Sheinbaum sería mejor que López Obrador; o peor.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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