Política cero
Jairo Calixto Albarrán
Pues no se sabe dónde había menos gente y acarreados, si en la toma de protesta de Alitititito Moreno como el Fidel Velázquez del PRI (una ceremonia para que los dinosaurios le rindieran culto al meteorito) o la muy artrítica pero raquítica movilización de algo llamado Marea Rosa que quiere acabar con la sobrerrepresentación (demócratas que son, no les guste que sea avalada por la Constitución), donde estuvo arengando una señora con huipil de la que casi nadie se acuerda, y que se injertó en basilisco anticomunista.
Lo del PRIcámbrico temprano sinceramente es lo mejor que le podría pasar a un partido con vocación autodestructiva, dominado por pasiones insanas y decidido a la autoflagelación infinita, y que ve en Mr. RoBotox el motor que se requiere para que los tatarachoznos de don Plutarco ardan en su propio infierno. A lo mejor también espera la gente como el Moreira Malo, que cuando caigan en el tambo Alito pueda interceder por ellos con su amigui la ministra Piña, para que en un ¡¡¡SABADAZO!!! los saque del tambo. Así pasó con el góber precioso, Marío Balín, digo Marín: a pesar de las pruebas aportadas en su contra por la periodista Lydia Cacho, este peligroso héroe de la película de pederastas de Kamel Nacif y Succar Kuri dejó la cárcel impunemente para irse a su palacete poblano. Con esto y lo de Collado, Chayito Robles, Cárdenas Palomino y chorromil más, se ve que casi ni es necesaria la reforma judicial que tanto abominan los sectores más calderonicolitas y ridis de la Opo.
Lo de la Marea Rosa es como un capítulo de La rosa de Guadalupe todo bajoneado; un ejercicio de arrebatos ultraderechosos donde un puñado de chuchistas y derechairos rabiosamente voxistas que antes defendían al INE y ahora lo apedrean.
Ahí tienen el caso del culebrón del Mayo Zambada. De risa loca que los expertos xochilistas en narcotráfico que tanto aplaudieron la narcoguerra de Jelipillo, hayan experimentado orgasmos ante una delirante, torcida, cursi carta que parece escrita por Cascabel Hernández o Pacorro Martín del Campo. Digo, al narco que nunca lo habían detenido, de pronto lo agarraron Los Chapitos al estilo americano. Y luego la derechairiza se agarra de la referencia al góber de Sinaloa que ni andaba por ahí y se les olvida, curiosamente, el personaje que sí estuvo presente con Los Chapitos, según El Mayo, que luego fue asesinado y que apoyara con vehemencia la campaña de Lady X. Esa telenovela no la tuvo ni La Gaviota.
¡SABADAZO!