sábado, noviembre 23, 2024

Orizaba, ciudad atípica de Veracruz

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Para la Secretaría de Turismo, un Pueblo Mágico es “un sitio con símbolos y leyendas, poblados con historia… son lugares que muestran la identidad nacional en cada uno de sus rincones, con una magia que emana de sus atractivos…”. En la república mexicana hay 132 Pueblos Mágicos, de los cuales seis están en territorio veracruzano: Coatepec, Xico, Zozocolco, Papantla, Coscomatepec y Orizaba, a esta última queremos referirnos porque su equipamiento urbano supera con mucho al de otras ciudades medias de la entidad, su imagen citadina dista mucho de otras ciudades veracruzanas, no es casualidad el que en la conurbación Veracruz-Boca del Río, nuestro sitio turístico por excelencia en la entidad, se organicen viajes hacia aquel Pueblo Mágico de insólita belleza. Orizaba es un municipio- ciudad, no tiene zona rural, comparte esta categoría con Poza Rica, otro municipio ciudad, aunque con modalidad y estampas muy diferentes. Ha habido visión para proyectar a Orizaba como un centro urbano de gran atractivo turístico, el enclave geográfico de su ubicación es aprovechado con singular talento empresarial: la gran conurbación que la rodea permite una concentración de habitantes bastante numerosa, esa condición propicia un extraordinario movimiento económico. Pero Orizaba es más que eso, su Historia la registra como paso obligado a la capital del reino durante la Colonia, allí dejaron huella imperecedera Juárez y Maximiliano; es triste recordarlo, pero su Cerro del Borrego fue escenario de una de nuestras derrotas nacionales más dolorosas. Los viajeros llegados de Europa buscaban con alivio su clima, huyendo de lo inhóspito de las Ciénegas que rodeaban a la Villa Rica de la Veracruz. Muchas prendas más adornan a Orizaba, Pueblo Mágico situado a la vera de Córdoba, la Sierra de Zongolica y la larga extensión de la calle Camino Real, o más arriba, La perla, Mariano Escobedo, Ixhuatlancillo, etc. Visitar Orizaba es reconfortante, recuerda aquella expresión del poeta griego, Leucipo, cuando elogiaba a la Atenas de Pericles: “Insensato el que no desea ver a Atenas; insensato, el que la ve y no la admira; y, más insensato todavía, el que la ve, la admira y la abandona.”  Qué bello y rico es Veracruz: Orizaba es su brillante puerta por su lado occidental; Veracruz, la gran puerta oriental, por donde entró la conquista, la Colonia, se expidieron las Leyes de Reforma, con Juárez y la Agraria y del Municipio Libre con Carranza, son síntomas históricos de profunda significación; al Sur, Acayucan, la Puerta del Istmo de Tehuantepec, hace casi un siglo imaginada como capital de un Estado en potencia y que será, sin duda, referencia nacional una vez puesto en funcionamiento el corredor del Istmo; y al Norte, Pueblo Viejo, último bastión de la risueña Huasteca veracruzana. Aunque, al parecer los veracruzanos aún no tomamos plena conciencia de esa constelación de significados que es Veracruz, Orizaba nos lo recuerda.

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