viernes, mayo 10, 2024

El 666 y Joe Biden…

Opiniones y Comentarios

Julio Ricardo Blanchet Cruz

diariolibertad@gmail.com

Según las creencias religiosas, el término profeta-palabra derivada del griego profetes que significa “mensajero”– se aplica a una persona que sirve de intermediario entre la divinidad y lo terreno…

Es frecuente que el término Profeta se utilice también con quienes tienen la capacidad de saber lo que va a pasar en el futuro; pero es incorrecto.  A ellos, como a Julio Verne (1828 – 1905) al no haber tenido ningún contacto sobrenatural, se les llama videntes…

Además de que los profetas sostienen haber tenido una experiencia con Dios, quien les encomendó dar a conocer al mundo sus revelaciones  -lo mejor de todo es que hay quienes les creen y luego salen como el de la Luz del Mundo; o como el tal Marcial Maciel-…

Por esa razón, es decir, por el encargo divino, el Apocalipsis, el último libro de La Biblia, es también conocido como el Libro de las Revelaciones.  Y en él, quien lo escribe se llama a sí mismo, simplemente Juan –así como simplemente María; pero en Juan-desterrado de la isla de Patmos…

Pero la mayoría de la gente, que nunca ha leído La Biblia, ni siquiera hojeado, lo confunde con Juan el Apóstol; pero nada tiene que ver.  Y menos con Juanito, el fugaz Alcalde de Iztapalapa…

Pero repito, como nunca se han tomado la molestia de leer el Libro, solo saben que tras la aparición del Anticristo se van a soltar los cocolazos de fea manera, porque el temido 666 va a traer la paz; y el mundo verá las guerras como algo lejano que los hombres solían llevar a cabo…

Pero los enfurecidos y ofendidos creyentes en Cristo, dirán que eso no puede ser, que el único que puede traer la paz entre los hombres, es Cristo.  Y se confrontarán con los otros, los que ya vivían en paz gracias a las enseñanzas del Anticristo…

“Y la sangre llegará hasta las bridas de los caballos”; y los partidarios del Anticristo serán derrotados, que digo derrotados, aniquilados.  Y de esa forma, con el regadero de muertos por todos lados, los cristianos, ufanamente podrán decir a voz en cuello que el único que puede traer la paz al mundo, es Cristo…

Así dice La Biblia; no se está inventando nada.  También ahí mismo está escrito que Jesús dijo que él no venía a traer la paz, no sé por qué se alarman.  Pero la lectura está al alcance de todos sin necesidad de recurrir al INAI, al que mentes perversas quieren desaparecer…

Pero regresemos con el final de El Apocalipsis de Juan…

Que ciertamente en su momento me hizo recordar aquella anécdota del individuo que fuertemente armado -como Rambo ¡vaya!- irrumpió en medio de una boda.  Y después de acribillar a mansalva y enfrente de todos al sorprendido novio; quien, hay que decirlo, desde que lo vio venir le dio mala espina…

Hizo lo mismo con los padres de los contrayentes, las damas, los invitados, el que tocaba el órgano, a todo el coro, los acólitos y el mismísimo cura, cayeron abatidos por las balas.  Quedando viva; solo la novia…

Quien salpicada de sangre en su albo vestido, con los ojos casi desorbitados, sin poder pronunciar palabra por el miedo, vio acercarse a paso lento al desconocido, quien guardando sus armas todavía humeantes, se acercó tanto a ella…

Que casi respirando su aliento, o sea, sin respetar la sana distancia, le espetó crudamente: “Por qué tan sola chula”.  Con esos “modales”, para qué les cuento cómo terminó el asunto.  Pero apoco no, como que recuerda el Armagedón, la batalla final entre el bien y el mal…

Pero de todo esto es rescatable que el Anticristo va a traer la paz al mundo -según relata la propia Biblia, no se está inventando nada, solo que a la gente le dan la versión digerida a conveniencia-…

Y el discurso de Joe Biden –se aclara que no fue leído- es para quitarse el sombrero y hacer changuitos para que lo dejen cumplir todo lo que se propone hacer.  Traiga la unidad entre los norteamericanos y con ello la paz al mundo entero…

Lo malo es el final de El Apocalipsis.  Si que es gacho, porque se entiende que al Anticristo lo matan en la trifulca del Armagedón.  Parece que desde entonces hay quienes no quieren la paz.  También asesinaron a Gandhi (1869 – 1048)…

Las malas lenguas, que ya saben que nunca faltan, dicen que quienes no quieren la paz, son los mismos que esperan la segunda llegada de Jesús, quien reinará los próximos mil años; sin reelección, ni revocación de mandato.  Amén.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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