viernes, abril 26, 2024

AMLO y la izquierda

Algunos se sienten defraudados por creer que Andrés Manuel López Obrador encabezaría un gobierno de izquierda, dicen, no sin razón, que este gobierno se inspira en el PRI autoritario, el del clientelismo cínico, el nacionalismo estatista y liderazgos absolutos. Ese PRI que se resistía a cualquier idea democrática y, por el contrario, colocaba andamiajes de simulación democrática cada vez más absurdos.

Claro, al ver ahora la decepción del proyecto de la Cuarta Transformación, les parece que lo sostenido durante años de campaña era de la más rancia derecha. En sus campañas siempre sostuvo que no le gustaban las organizaciones de la sociedad civil, a la izquierda rancia, esa que añora a Fidel Castro y a Guevara, tampoco les gusta la sociedad civil.

Desde que era jefe de gobierno su principal plataforma de política era la división: los blanquitos contra el pueblo bueno. Lo mismo hacía Hugo Chávez con los venezolanos que no estaban de acuerdo con él, esa izquierda venezolana tan admirada por muchos en México en su momento.

Como olvidar que siempre que hablaba de los Derechos de las minorías, su respuesta era que se sometieran a referéndum. Los derechos de los menos aplastados por la decisión de los más. No puede haber una plataforma más colectivista y de izquierda que someter el mínimo derecho humano de una minoría a la consideración del pueblo bueno y sabio.

¿Del aborto? Que se someta a votación, era su respuesta. Si el tema era corrupción, lo llevaba al absurdo, siempre evadiendo la complejidad con chistoretes sencillos y compromiso nulo, la corrupción se acaba como se barren las escaleras, era su más inteligente respuesta.

Si era la Ética de gobierno, se reducía a una nueva Constitución Moral para los mexicanos, una donde todos fuéramos buenos y obedientes. El sueño más anhelado de Fidel Castro, una sociedad que felizmente obedeciera al líder, a eso se reducía la Constitución Moral, que no era otra cosa que una cartilla social.

¿Religión? Al presidente le encanta proclamar sus creencias religiosas y no pocas veces sus reflexiones bíblicas. Es más, el nombre de su partido político es clara referencia a la Virgen morena de Guadalupe, sin lugar a duda, el referente cultural y religioso más importante para los mexicanos. En la derecha no veo eso, es en la izquierda más rancia donde veo la confusión entre la devoción religiosa y la política. Lo siento, pero suelen llevar a sus líderes a altares de devoción casi religioso.

¿Democracia? Nunca le interesó, solo la respetaba cuando el resultado le favorecía, al perder reventaba todo y la mandaba al diablo. Muestra de la izquierda que se eterniza en el poder. Ahora, una vez que tiene el poder democráticamente, su intención es cambiar las reglas por unas que le favorezcan a él y a su partido. Algo así como las mentadas democracias cubana, nicaragüense o venezolana, donde las reglas desde el poder hacen imposible una vida democrática mínima.

Claro que Andrés Manuel López Obrador es de izquierda, de la más rancia y trasnochada izquierda posible. Porque de derecha no es, tampoco es libertario, pro mercado o centro democrático, y por lo visto tampoco es social demócrata.

López Obrador es de la peor izquierda mexicana, esa que se alimenta del resentimiento social y de un nacionalismo populista autoritario que añoran del PRI estatista y antidemocrático. Esa que no le gusta ni entiende el mundo y la complejidad de la modernidad.

Una izquierda que llora sus unicornios azules.

El problema es que las otras izquierdas lo llevaron al poder. Ahora, asustados del monstruo que crearon, nos dicen que eso no es la izquierda.

Que es de derecha.

Dicen que no se dieron cuenta en todos estos años.

Jorge Flores Martínez

jorgeflores1mx@hotmail.com

Twitter: @jorgeflores1mx

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