Agencias/Sociedad 3.0
Este miércoles el exjugador italiano Gianluca Vialli renunció a su cargo de jefe de la delegación de la selección italiana de fútbol para poder centrarse en superar el cáncer de páncreas que padece.
«Al final de una larga y difícil ‘negociación’ con mi maravilloso equipo de oncólogos, he decidido suspender, ojalá temporalmente, mis compromisos profesionales presentes y futuros», argumentó a través de un comunicado publicado por a Federación Italiana de Fútbol (FIGC).
Vialli, de 58 años, padece esta enfermedad desde 2017. Nacido en Cremona (norte) militó en el Juventus, Sampdoria y Cremonese italianos, pero se retiró en 1999 en el Chelsea inglés.
«El objetivo es utilizar todas mis energías para ayudar a mi cuerpo a superar esta fase de la enfermedad, para poder afrontar nuevas aventuras lo antes posible y compartirlas con todos vosotros. Un abrazo», sentenció.
El ya ex delegado jefe de la ‘Azzurra’ formó parte de la expedición italiana que se coronó campeona de Europa el pasado verano en Wembley tras imponerse a Inglaterra en la tanda de penaltis.
Vialli es amigo desde hace más de treinta años del seleccionador Roberto Mancini, con el que compartió vestuario en el Sampdoria. De hecho, el jefe de la delegación italiana fue una especie de talismán durante la pasada Eurocopa, en la que en la segunda jornada de campeonato el autobús salió por error del hotel sin él y tuvo que dar la vuelta para recogerle.
El resultado ante Suiza esa noche hizo que el fallo se convirtiera en un ritual que repitieron en el resto de partidos (Gales, Austria, Bélgica, España e Inglaterra) hasta alzarse campeones.
Por su parte, el presidente de la FIGC, Gabriele Gravina, expresó su deseo de volver a contar con Vialli, un histórico de la selección italiana.
«Gianluca es un protagonista absoluto de la selección italiana y lo será también en el futuro. Gracias a su extraordinaria entereza y al cariño de toda la familia de la federación, estoy convencido de que pronto estará de regreso. Puede contar con cada uno de nosotros, porque somos un equipo, dentro y fuera de la cancha».