Quizá en el futuro, después de las inundaciones se encuentren vestigios conservados entre la lava volcánica se encontrarán las revistas y los diarios que hablan de las proezas de los jugadores que ahora vemos y que son adorados. A la gente del futuro quizá le parecerá incomprensible pero para nosotros no hay otra realidad.
Entre los relatos que encontrarán se destacará los de Lionel Messi, un argentino bajito que cruzó el atlántico para hacerse un nombre, una historia digna de las tragedias griegas, por su alto contenido de drama, horror pero sobre todo de victoria y grandeza. Porque si lo pensamos bien y somos prudentes en el juicio lo de Messi no es ni mucho menos tan épico como lo de Teseo.
Caído tres veces (por lo menos) en su búsqueda de la gloria y la redención, este camino crístico que le fue designado, muy seguramente sin quererlo, le hace ir contra los aposentos de la suerte y le vuelve el villano favorito de un pueblo argentino que lo ve y reniega de él, a pesar de que solo en el encontrarán el camino a la gloria al campeonato.
Drama cósmico que tiene todos los elementos de una épica, el viaje del héroe que debe huir de su amada tierra, conquistar llanos terribles, más fríos, para luego intentar volver ante el rechazo de los suyos, hasta la angustia y ante el fracaso que lo ha arropado tantas veces que parecía haberse anclado en su espalda.
“Ya está, fue todo par mi” profirió una vez el héroe para darle la espalda al sueño y es que que sería de una buena historia sin su dosis de renuncia, de desasosiego. Puedo ser el mejor pero no en el sur del continente, no frente a los ojos del vecino que se para cada tercer día en la carnicería del centro que me encantaría conocerlo pero no puedo, porque estoy lejos, representándolo y dándole un motivo para volver a asistir a esa cita semanal.
Quién es Messi sino esa idea que habla de la psique de nosotros, un héroe que hablará al futuro de lo que el hombre puede llegar a ser pero sobre todo un relato que dejará huella de cuántas derrotas puede sufrir el hombre antes de subir a los cielos.
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Pedro Alejandro Vera es productor, músico, escritor y agitador cultural nacido en Puebla, Pue., desde hace 10 años se dedica a la creación de espacios de expresión artística y cultural como Coffee and Saturday. Es miembro de la banda de rock alternativo Audioestopista y fundador de Festivales como el Festival Internacional Volare y el Festival Internacional de Cine de Orizaba. Sus textos han sido publicados en libros como Suspiros y Ficciones y Gol Sostenido, cuya colección de textos se crea a partir de su idea original.