sábado, abril 27, 2024

Sheinbaum y la maldición del Metro

La decisión de haberle recortado presupuestos a un sistema como el Metro, que funciona todavía con equipos e infraestructura de entre 30 y 50 años, ha resultado una de las más costosas y dañinas no sólo para los millones de usuarios diarios de ese medio de transporte, sino también para la responsable de esos recortes, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo. No es casualidad, ni mala suerte que tres de los cuatro accidentes más trágicos ocurridos en las instalaciones del Metro, en 54 años de historia que tiene, se hayan registrado durante la actual administración capitalina, que acumula 28 muertos en cuatro años por tragedias y “accidentes” de ese transporte, mientras en los 50 años previos sólo se contó una gran tragedia con 31 muertos en 1975.
 
Cada peso que le han quitado al Metro para destinarlo a cualquier otra actividad en la ciudad —incluyendo el millonario gasto en propaganda y promoción de la imagen de la jefa de Gobierno— está pasando una factura política muy alta para la doctora y sus aspiraciones presidenciales. Con todo y que su tutor político, el presidente López Obrador la soporta y la sostiene, poniendo cara por ella para justificar y minimizar sus yerros, cada vez se hará más difícil explicar y justificar por qué se están muriendo usuarios del Metro, en accidentes que ocurren con una frecuencia inusitada y que además minimizan y ocultan llamándolos “incidentes”, cuando el Metro funcionó, antes de esta administración, con estándares aceptables de seguridad, si bien siempre con carencias e inversión insuficiente por su costo subsidiado y controlado por motivos políticos.
 
¿Cómo hacer que los mexicanos confíen en las capacidades y habilidades de una aspirante presidencial para gobernar a todo el país, cuando la negligencia y austeridad aplicada en el mantenimiento del principal sistema de transporte de la ciudad que gobierna esa candidata están costando vidas en accidentes que pudieron evitarse si se invirtiera lo suficiente en modernizar equipos e infraestructura y se escucharan las quejas y denuncias sobre fallas en el servicio y las instalaciones físicas que realizan usuarios y trabajadores del Sindicato del Metro?
 
Por si la gravedad de las constantes fallas y accidentes en el Metro y su relación con el mantenimiento insuficiente fuera poco, ahora también se confirma que la campaña anticipada que, con recursos económicos millonarios sin explicar y violando flagrantemente la ley electoral, realiza la doctora Sheinbaum es incompatible con su responsabilidad de gobernar a una ciudad tan compleja y demandante. Porque en esta última tragedia, donde murió la joven Yaretzi, de 18 años, y hubo más de 57 heridos y hospitalizados, la primera queja de las víctimas del choque de trenes ocurrido el sábado pasado por la mañana, es que “tardaron demasiado en ayudarnos, nos dejaron solos por casi 45 minutos y no llegó en ese tiempo nadie a auxiliarnos”.
 
La lenta respuesta de las autoridades capitalinas, que podrán intentar justificar por tratarse de un día inhábil, toma otras dimensiones cuando se filtra ayer el dato de que a la doctora Claudia Sheinbaum el choque letal de los trenes de la Línea 3 la cogió en Michoacán, en la ciudad de Morelia, a donde se preparaba para dictar una conferencia magistral titulada “Las Políticas exitosas de la Ciudad de México”. Ya en la capital michoacana, a Sheinbaum le avisaron del trágico accidente en el Metro y comenzó a tuitear que ya estaba al tanto del problema, mientras llegaban al lugar más de media hora después de ocurrido el choque, Omar García Harfuch, Martí Batres y Adrián Lajous.
 
La jefa de Gobierno tuvo que pedir prestado un helicóptero del gobierno de Michoacán, cuyo titular el morenista Alfredo Ramírez Bedolla la había invitado a promover su imagen. Tres horas le tomó a la doctora poder llegar finalmente al punto exacto de la tragedia, cuando ya habían sacado a las 10 personas que quedaron prensadas, ya habían trasladado el cuerpo de la joven muerta y había llevado a los hospitales a la mayoría de los heridos, mientras al resto de los usuarios que resultaron con crisis nerviosas y lesiones menores los mandaban a su casa, después de haberles pedido “no grabar videos, no hablar con los medios y no hacer denuncias”.
 
Para cuando la situación se había estabilizado, ya la noticia del letal choque de trenes en el Metro no sólo se había vuelto tendencia en redes sociales y se movía en los medios nacionales e internacionales. Utilizando el hashtag #EsClaudia, como su lema de campaña, los usuarios de Twitter cuestionaron a la jefa de Gobierno y a su administración lo mismo por haber llamado “incidente” al choque donde murió una persona y 57 resultaron heridas, que por afectar y disminuir los presupuestos del STC Metro, hasta por señalarla como responsable de las personas fallecidas en los tres accidentes registrados en su gestión.
 
Aunque hubo reacción desde las cuentas oficiales del Gobierno de la Ciudad de México y la doctora Sheinbaum nunca dejó de estar mandando mensajes en las redes sobre lo ocurrido y su presencia tardía en el lugar, la opinión en redes fue abrumadoramente negativa para el gobierno capitalino y su titular, a quien reprocharon estar en Morelia mientras ocurría la tragedia y el que no haya atendido los llamados que desde 2019 hizo el Sindicato de Trabajadores del Metro para cambiar hasta 300 sistemas de frenado y renovar el sistema de comunicación Tetra que no funciona adecuadamente.
 
En defensa de Sheinbaum y su administración salieron no sólo las cuentas propias del gobierno capitalino sino todos los opinadores y bots de la 4T, empezando por la defensa que le hizo López Obrador, quien tras lamentar la muerte de la joven y solidarizarse con las víctimas, dijo que “desde el principio están atendiendo el percance servidores públicos de la Ciudad de México, quienes cuentan con todo nuestro apoyo”, dijo el presidente, mientras senadores, diputados, dirigentes y gobernadores de Morena, salían a hablar de un “boicot para tirar la candidatura de Claudia” y acusar a la oposición de “lucrar políticamente con la tragedia y con las muertes de personas”.
 
Al final, es un hecho que para Claudia Sheinbaum el Metro y sus problemas de mantenimiento que ocasionan tragedias se han convertido en el tema más fuerte en contra de su proyecto presidencial y el que más puede debilitar su imagen y sus posibilidades como virtual candidata de Morena al 2024. Mientras no se le dé prioridad a un sistema que no sólo transporta a más de 5 millones de usuarios diarios sino que, ya se vio claramente con el derrumbe de la Línea 12 en mayo de 2020, está conectado directamente a la sensibilidad de los capitalinos y de la opinión pública, cada falla, cada “incidente” o cada tragedia que ocurra en el Metro como la del sábado pasado, donde pierdan la vida personas y miles resulten afectados, irá minando la marca de Sheinbaum que tan afanosamente —y con tantos recursos— han estado construyendo la doctora y sus asesores. No hay manejos de crisis, estrategas, dinero, ni espectaculares que alcancen si se arraiga la idea de una ineptitud criminal en quien aspira a gobernar a un país.
 
NOTAS INDISCRETAS… Pasadas las 7 de la noche, por la puerta del avión presidencial de los Estados Unidos, el Air Force One, apareció un presidente Joe Biden sonriente que descendió la escalinata para ser recibido, en la pista del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, por el presidente López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard y el embajador Ken Salazar. Por espacio de 15 minutos y luego de los saludos y abrazos respectivos, los dos presidentes permanecieron dialogando al pie del avión; López Obrador no podía estar más contento, tras cumplirse su petición de que por primera vez un avión presidencial aterrizara en el AIFA, tal y como él se lo pidió a Biden. Los abrazos, risas y palmadas en la espalda dejaban claro que el ánimo para la Cumbre de Norteamérica que arranca hoy y para los encuentros bilaterales en Palacio Nacional es el óptimo y que la captura de Ovidio Guzmán en la víspera, por parte del Ejército Mexicano, ayudó a mejorar ese ambiente. Muy distinto será cuando los halcones de la administración Biden, que también llegaron ayer en el Air Force One, Alejandro Mayorkas y Antony Blinken, empiecen a exigir la entrega inmediata de Ovidio, a quien el gobierno mexicano no piensa entregar a Estados Unidos “hasta que se cumplan todos los trámites legales”, lo que podría llevar varios meses. La pregunta es por qué México retrasa la entrega de un narcotraficante como “El Ratón”, que se supone fue detenido bajo la orden de captura con fines de extradición de Washington. Que se supiera la FGR ni el gobierno mexicano no tenían ninguna averiguación u orden de aprehensión librada contra Ovidio Guzmán y si lo detuvieron fue con el único fin de entregarlo a EU. ¿Por qué entonces quieren retrasar su entrega a Washington? Veremos si ese tema no brinca y enturbia la cordialidad y sonrisas con la que ayer llegó Biden, quien por cierto debió comentar ese y otros temas de pasada en el traslado con López Obrador al hotel donde pernoctó y cuando los dos mandatarios viajaban solos a bordo de La Bestia. Eso si había algún traductor presente, si no difícilmente se entendieron… En el caso de Justin Trudeau, que arriba hoy lunes también al AIFA, veremos si la recepción es también tan animada y alegre como la de anoche; pero por lo pronto el primer ministro de Canadá ya calentó sus encuentros bilaterales con López Obrador al hablar, en entrevistas en su país antes de viajar a México, de que él y Biden pugnarán por que el presidente mexicano acepte revisar su política energética, que según Trudeau, ha puesto en riesgo las inversiones canadienses en el sector de las energías limpias. Si de por sí dicen en Palacio que López Obrador no se entiende nada con Trudeau y que no se caen bien mutuamente, con el discurso del presidente canadiense contra la reforma energética, menos… Los dados mandan Escalera Doble. Bien comienzan la semana y el año.

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